Con el término evasión de impuestos denominamos al conjunto de mecanismos cuya utilización redunda en un menor pago de tributos por parte de algunas empresas. Dependiendo del monto, la evasión fiscal puede considerarse delito punible o solo infracción administrativa.
¿Cómo evaden impuestos las empresas?
En conjunto, puedes observar que la mayor parte de las grandes compañías multinacionales pagan, en proporción, menos impuestos que las pymes. ¿Sabes por qué sucede esto?
Mecanismos de evasión fiscal
Uno de los más utilizados son los paraísos fiscales o los países de fiscalidad controvertida, como, por ejemplo, Luxemburgo e Irlanda. Las organizaciones empresariales transfieren los beneficios a estos lugares, de forma que los tributos se reducen de forma considerable. Los impuestos que deberían abonarse en países con una fuerte estructura tributaria se evaden al ubicar los fondos en estas naciones.
Otra manera de reducir la carga tributaria se basa en agrupar las pérdidas y beneficios de todas las filiales, con lo que la base impositiva es mucho más reducida. Además, a este resultado contable se le aplican algunas correcciones (como la exención por doble imposición), diversas bonificaciones fiscales y otras deducciones, con lo que esta base vuelve a sufrir una erosión.
Consecuencias que debes tener en cuenta
La mera sospecha de no contar con el compliance tributario puede ser catastrófica. Las lesiones a la reputación de las compañías o de las personas que las representan suceden cuando la opinión pública prejuzga y condena.
Esto sucede, como seguramente habrás visto, a raíz de la publicación de la noticia de una investigación en los medios de comunicación. Los implicados, aunque salgan libres de culpa, son públicamente condenados. Es lo que se llama «pena de telediario».
Por otra parte, algunas omisiones cometidas involuntariamente o las diferencias en la interpretación de la normativa pueden llevarte a una confrontación con la Agencia Tributaria, la cual, con frecuencia, verá en ellas la intención de eludir el pago de impuestos.
Como te hemos comentado al principio del post, si se prueba la culpabilidad de los acusados y en función del importe, el fraude fiscal puede considerarse delito punible o infracción administrativa. Las penas pueden ser, respectivamente, de cárcel para las personas responsables o de cuantiosas multas para las empresas.
El compliance tributario es clave
¿Cómo puedes evitar las consecuencias negativas de una interpretación incorrecta de las normas, un error involuntario o una práctica de administración poco clara? Existe un mecanismo, el compliance penal, que exige un cambio de mentalidad hacia un manejo más ético de las organizaciones. Este concepto, de origen anglosajón, está cobrando mucha importancia en los países de la UE.
¿Qué es el compliance?
Se trata de una cultura de cumplimiento de las normas que puede que, en algunos casos, hasta se desconozcan. Mediante este cambio de enfoque, se procura el análisis, la revisión y el ajuste de los procesos administrativos. Con ello, tu entidad se beneficia desde el punto de vista administrativo, ético y legal, ya que te pones a salvo de posibles incumplimientos tributarios y de sus consecuencias.
La UNE 19602
Esta medida engloba las recomendaciones y los requisitos a cumplir para lograr establecer un sistema de gestión de los aspectos tributarios dentro de tu compañía.
Mediante este sistema de autorregulación, puedes demostrar ante la Agencia Tributaria la voluntad de cumplir con la legalidad. Se basa en mecanismos de control que detectan y subsanan posibles errores. En este sentido, contar con el certificado que emite la Asociación Española de Normalización (UNE) demuestra tu buena intención y crea una relación de confianza con la Agencia Tributaria.
En conclusión, la evasión de impuestos acarrea consecuencias no solo para tu organización, sino también para la sociedad y, por ello, es cada vez más perseguida. Resguardarte de las consecuencias de una investigación es de vital importancia y la UNE 19602 puede ayudarte.