La sociedad está comenzando a vislumbrar una revolución de dimensiones incalculables debido a la inteligencia artificial (IA). Como consecuencia, el interés y la curiosidad están dando lugar a situaciones que pueden ser conflictivas. De hecho, resulta imprescindible aprobar legislaciones para fomentar el uso responsable. En este artículo de Gesprodat te damos todas las claves.
Inteligencia artificial, un futuro incalculable
El progreso exponencial de la IA está mostrando carices inesperados. De hecho, su impacto en sectores clave para la sociedad se está haciendo realidad años antes de lo que marcaban las previsiones. Sin duda, un cambio de paradigma que ha cogido de forma improvisada a todos los actores involucrados, también a las instituciones.
Una de las principales novedades ha sido posible gracias a la simulación del razonamiento humano. Junto con tecnologías como el procesamiento del lenguaje natural, expande su utilización hacia personas que no están relacionadas con estos avances. Como resultado, es posible mantener conversaciones con medios informáticos de manera lógica y coordinada.
Otro de los aspectos que no podemos obviar es el impulso a la creatividad, una parte más de esta revolución tecnológica. Como mecanismo de apoyo, se espera que optimice la generación de ideas por parte de las compañías. Sin embargo, su aplicación al plano empresarial requiere un blindaje informático adecuado para evitar que la IA se convierta en una nueva brecha de seguridad.
Responsabilidad y legislación, ¿por qué van a ser claves?
Las aplicaciones de la inteligencia artificial son cada vez más variadas, con una creciente tendencia a su implantación en funciones clave, como por ejemplo, la programación de temperatura en climatizadores o la conducción de vehículos. ¿Qué sucedería si se cometiera una negligencia? Como te puedes imaginar, las consecuencias podrían ser catastróficas.
Una de las bases de este sistema lo encontramos en el procesamiento de datos. La recopilación y clasificación de información requieren medidas básicas de respeto a la privacidad. De lo contrario, las empresas pueden afrontar sanciones importantes, tanto las que desarrollan los softwares con IA como las que los utilizan.
Mención aparte merece el sistema jurídico actual, que plantea diversas paradojas en forma de vacíos legales. ¿Cómo determinar la responsabilidad de un delito cometido por sistemas inteligentes? Lo lógico es resolverlo entre quienes los han programado o quienes los usan. Sin embargo, nuestra legislación no es clara en este sentido, lo que resulta significativamente problemático.
En octubre del pasado año, el Gobierno de Estados Unidos inició los planes para lanzar un decreto con derechos digitales. La propuesta es regular este futuro diferente, de manera que no perjudique al interés general. Dicho de otro modo, que las nuevas tecnologías con razonamiento humano no supongan un riesgo para los ciudadanos.
De acuerdo con la Unión Europea, la base para la implementación de este tipo de sistemas es la confianza. ¿Qué significa esto? Que pretenden «garantizar que la IA se centre en el ser humano y sea fiable». Para ello, han trabajado desde diferentes perspectivas que van más allá del RGPD en nuestro caso:
- Regulación de normas nacionales de IA.
- Comunicación transparente sobre los avances en IA.
- Planes coordinados de IA entre todos los países miembros.
Como ves, la inteligencia artificial supone no solo un cambio en la sociedad, sino también en el plano legislativo. No en vano, durante los últimos años, hemos podido ver un creciente interés por parte de las autoridades en regular sus aplicaciones. Por ello, en Gesprodat defendemos un uso seguro de las tecnologías. Si deseas recibir más información sobre este tema, el 27 de abril tendremos un webinar que te interesará.