La información que manejan y han de guardar las empresas constituye uno de sus bienes más preciados. En muchas ocasiones, por encima, incluso, del patrimonio físico del que puedan llegar a disponer. Por lo tanto, es fundamental que articulen mecanismos no solo para proteger esta información, sino también para almacenarla. Una primera recomendación consiste en que se ciñan estrictamente a las obligaciones garantistas del Derecho de las Nuevas Tecnologías español, el cual se vertebra, principalmente, mediante la LOPD y LSSICE.
La observancia de estas normativas ya supondrá que la empresa cumplirá los estándares de protección y almacenamiento seguro de los datos personales. Estos son los más relevantes que maneja una empresa, pero hay más tipos de datos susceptibles de ser protegidos y almacenados con las mismas garantías.
Por consiguiente, no basta con el cumplimiento de las normativas nacionales de protección de datos, sino que hay que profundizar en la búsqueda de medidas adicionales, las cuales pueden ser aportadas por quienes trabajan en el sector de la consultoría de protección de datos.
Esta determinación es clave, sobre todo, en las pequeñas y medianas empresas, ya que son las más atacadas por los piratas informáticos, los cuales conocen las vulnerabilidades de estas firmas.
En primer lugar, las pymes tienen que analizar qué datos desean almacenar, entre la diversidad de los que, a diario, manejan. La cantidad de información que circula por una empresa puede ser muy alta, por lo que puede interesar realizar una criba. Hay que tener en cuenta que se trabaja, entre otros, con hojas de cálculo, bases de datos, correos electrónicos, documentos internos, informes, archivos de vídeo y audio, balances de ventas, recursos relacionados con las redes sociales, etc. En definitiva, un inventario ciertamente variado.
Un estudio pormenorizado de los rangos de datos a almacenar facilitará, por razones de presupuesto y escalabilidad, escoger los sistemas óptimos para cada tipo de empresa. Además, hay circunstancias de la empresa cuya incidencia es clave, tales como su estructura, su funcionamiento y la utilización que va a dar a los datos que emplea.
Por consiguiente, en función de los factores citados en el párrafo anterior, se manejan distintas opciones de almacenamiento de datos por las que pueden optar las empresas. Acertar en su elección constituye una política de extraordinaria relevancia para cualquier firma.
En este sentido, cabe destacar la calidad testada de las nuevas cabinas de gama baja HPE MSA 2042 y HPE StoreVirtual 3200. Hay que destacar que estos equipamientos cuentan con las últimas innovaciones en materia de almacenamiento flash por niveles. Por otra parte, el software que incorporan ha sido concebido para que puedan permitírselo también las pymes, ya que su precio no rebasa los 10.000 dólares. Estos dos productos disponen de tecnología Intel y, además, comparten un paquete de servicios de datos realmente completo, en el que, por ejemplo, sobresalen, la resiliencia incrustada en todos los sitios y sistemas y la migración de datos.
Como conclusión, hay que incidir en la necesidad de las empresas, más allá de su volumen de negocio, de proteger y almacenar sus datos mediante los sistemas más sofisticados.
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