El local Paradise se enfrenta a una denuncia de la Agencia Española de Protección de Datos por poner cámaras de vigilancia en los vestuarios.
La protección de datos personales se está convirtiendo con el paso del tiempo en uno de los derechos fundamentales que un mayor número de denuncias generan por su violación. Seguramente la sociedad de la información, el mayor concepto de intimidad personal que hay en la actualidad, y la inexistencia hasta hace poco de una Ley Española de Protección de Datos moderna y eficaz han sido las razones por las cuales estas denuncias eran menos numerosas en el pasado. Una inacción que, desde luego, se está superando con creces.
La última de estas denuncias tiene un aspecto especialmente simbólico. Y es que la Agencia Española de Protección de Datos ha decidido intervenir contra un enorme prostíbulo situado en La Jonquera. Seguramente los dueños del negocio no se esperaban tener altercados con la justicia debido a una violación de la intimidad de las personas, como así ha ocurrido.
Quizás lo más curioso del asunto es que los vigilados, y de quienes se recogían datos privados sin su consentimiento, no eran los clientes del negocio, sino las propias trabajadoras que allí desempeñaban su labor profesional. Ello se deduce de la denuncia, donde se dice que la empresa Paradise tenía instaladas cámaras de vigilancia en los vestuarios de las chicas. De esta forma, y según pudieron acreditar los mossos d´esquadra que intervinieron las cintas, se podían ver hasta quince de estas chicas cambiándose de ropa.
De esta inspección se ha derivado una multa que deberá pagar la gestora del negocio, la empresa La Vimetera S.L. y que asciende nada menos que a 50.000 euros. Y es que esta invasión a la intimidad supone una flagrante conculca de la LOPD, como puede acreditar cualquier abogado, juez o consultoría de protección de datos. Sin duda una actuación ejemplar, que pone de manifiesto el cada vez mayor celo con el que las autoridades velan por la intimidad de las personas.