Internet es un gran aliado para muchas de las tareas que desempeñamos día a día. Sin embargo, también hay que ser conscientes de los riesgos que entraña. Gracias a la LOPD y la LSSICE tenemos un amplio paraguas en el que resguardarnos de estos posibles peligros, pero nunca está de más saber a qué nos podemos enfrentar. Uno de los más frecuentes se vertebra a través de los correos en cadena, herramientas en muchas ocasiones perfectas para realizar phising y conseguir un amplio volumen de datos de usuarios. El phising, como cualquier consultoría de marketing online puede explicar, se trata de una estafa vinculada al mundo virtual en general, y a los correos en cadena en concreto.
Hacerse pasar por una entidad bancaria, práctica habitual del phising
El objetivo es sencillo: se envía un correo masivamente para recibir, después de un tiempo, ese mismo mensaje nutrido, esta vez, con muchísimas más direcciones de correo electrónico nuevas. De esta manera, el emisor de la estafa tiene más potenciales víctimas a su alcance.
Uno de los ejemplos más corrientes de este phising es el de enviar un correo haciéndose pasar por la entidad bancaria del usuario. En la actualidad, es relativamente fácil generar un link de una página web que simule ser la de nuestro banco, por lo que, de primeras, no desconfiamos. Sin embargo, hay que estar siempre atentos a estos hechos. Si observamos que se nos vuelven a pedir los datos personales con el fin de “actualizarlos en la base de datos”, quizá debemos ser prudentes y no confiarnos. Para eso, además, podemos tener en cuenta la inclusión de la “s” en la dirección web “http”; si vemos una dirección con un “https”, podemos saber que garantiza nuestra seguridad.
En cualquier caso, y más si nos movemos dentro de un ámbito empresarial, una auditoría o consultoría en LOPD y LSSICE puede ayudarnos a resolver este y otros problemas derivados del mundo virtual. Por lo que respecta propiamente a los correos en cadena, la mejor táctica es no entrar en ese juego y evitarnos, así, un posible mal trago.