Reconocimiento facial en la legislación europea

Reconocimiento facial e inteligencia artificial: medidas de la UE

¿Usas el reconocimiento facial para desbloquear el móvil? No nos extrañaría, ya que este método resulta muy práctico. Además, esta tecnología sigue avanzando a pasos agigantados hasta el punto que, muy pronto, podríamos pagar en el supermercado identificándonos con nuestro propio rostro. La inteligencia artificial (IA) reconocerá nuestros rasgos, verificará la identidad y procederá a autorizar la operación. Esto, que suena bien y sería muy cómodo, tiene una serie de riesgos para la protección de datos que no han pasado desapercibidos para las autoridades. De hecho, en 2024, entran en vigor dos importantes reglamentos europeos al respecto.

¿Qué es el reconocimiento facial y qué debate legal plantea?

Su nombre lo dice todo. Se trata de una tecnología que es capaz de identificar a personas a través de su rostro.

En 2011, Android empezó a emplear este sistema para desbloquear sus móviles. Una década después, el reconocimiento biométrico del rostro se utiliza en los aeropuertos por motivos de seguridad, para monitorizar a pacientes en coma en los hospitales y hasta en el campo del marketing.

El sistema no guarda la foto de la persona, sino sus datos biométricos. Por ejemplo, la distancia que hay entre sus ojos, la que existe entre la nariz y la barbilla, etc.

Sin duda, todo un avance a la hora de facilitar la identificación que, sin embargo, ha llegado rodeado de un importante debate. En el seno de la Unión Europea, donde la protección de datos es un tema prioritario, la regulación de cómo se obtiene la información biométrica y qué se hace con ella es ya un tema candente.

A nivel social, empiezan a ser numerosas las críticas que señalan que este sistema puede limitar las libertades individuales.

Límites establecidos por la Unión Europea

En junio de 2023, se aprobó la primera ley europea sobre inteligencia artificial. Los miembros del Parlamento votaron a favor de prohibir la identificación biométrica a distancia. Así pues, en el territorio europeo no será posible el uso del reconocimiento facial en espacios de acceso público. Tampoco los sistemas que permitan reconocer las emociones y aquellos que puedan llevar a cabo un rastreo masivo de bases de datos biométricas.

Además, se ha votado a favor de prohibir los sistemas de predicción policial y criminal, ya que ha quedado demostrado que esta tecnología agrava la discriminación existente respecto a ciertos colectivos.

A pesar de todo esto, no creas que desde las instituciones de la Unión se intenta parar el avance tecnológico. Lo que se busca es que la necesaria evolución de la tecnología sea acorde con el respeto a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, dando especial protección a los datos personales y al derecho a la intimidad.

Por el momento, el interés de ciertas empresas en recoger información biométrica de nuestros rostros para saber cómo nos sentimos en cada momento, así como determinar si estamos más o menos dispuestos a comprar algo, ha quedado frustrado.

Actualmente, puedes caminar tranquilamente por las calles de cualquier país de la Unión con la seguridad de que no habrá ningún sistema de reconocimiento de este tipo en espacios públicos. Tampoco tu imagen se utilizará en herramientas policiales predictivas. Además, las aplicaciones generativas de IA deberán ajustarse ahora a nuevas medidas de transparencia.

Con todo, el reconocimiento facial es muy útil, pero las autoridades no quieren que se convierta en un arma de doble filo que acabe perjudicando a los ciudadanos. De ahí que se estén tomando medidas legales para limitarlo.

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