Actualmente gobiernos y productoras luchan contra el que consideran un delito que causa graves problemas a artistas y empresas de creación de contenidos (música, cine y aplicaciones/juegos son los más afectados): las descargas ilegales. Sin embargo, hay servicios de consultoría y auditoría que, a través de estudios, han llegado a la conclusión de que el impacto de estas descargas quizá no afecte tanto a las ventas como se piensa.
La actuación de los gobiernos, con el fin de aumentar la protección de datos y proteger al autor, va encaminada a erradicar todos aquellos medios que permitan descargar o compartir enlaces de archivos. Existen servicios de consultoría que indican que hay webs que no cumplen con la adaptación LOPD o LSSICE, pero sería necesario realizar una auditoría para comprobar si están al margen de la ley.
Un estudio concluye que, en aquellos países en los que se prohíben las descargas mediante leyes, como es el caso de Francia, estas acaban aumentándose. Como resultado, dicha ley acabó retirándose. En el caso concreto del cine, se recomienda que el estreno de una película se produzca al mismo tiempo en todos los países. De esa manera, las descargas se reducen al no producirse la espera de la proyección en la gran pantalla.
Se ha llegado a la conclusión de que las ventas aumentan si una película ha aparecido antes en redes P2P que en los cines. Lo mismo pasa con los discos musicales, consiguen mayores ingresos si el álbum se ha filtrado previamente. En esta línea, se considera que muchas canciones no llegarían a escucharse, de no ser por las descargas.
Las descargas ilegales, por un lado, pueden afectar a los ingresos conseguidos, pero por otro, quizá esos ingresos no se conseguirían de no ser por dichas descargas, ya que, son en muchas ocasiones el único medio para que el producto acabe siendo conocido y aumente su popularidad.
