Organismos institucionales, ONGs y entidades, unidos contra la desinformación y los discursos de odio

Ponte en guardia contra las fake news 

La tecnología suele estar al servicio del avance, de mejorarnos la vida, de ponernos las cosas más fáciles. Pero en ocasiones, si se hace un mal uso de ella, también puede estar al servicio del engaño y con clara intencionalidad para modificar la realidad y moldearla a gusto de quien pretende estafar o moldear la realidad que percibimos. 

Las redes sociales son, además, un canal idóneo para que un bulo o fake new siga su engrosamiento como una bola de nieve que rueda y se hace cada vez más grande arrasando toda la verdad que encuentra en su camino. 

La Inteligencia Artificial que poco a poco se hace un hueco y encuentra la cotidianeidad en el uso por parte de los usuarios, también está siendo una potente arma en este sentido. No solo permite la modificación de textos, la edición de fotos y vídeos, cada vez con una mayor cercanía con la realidad, también impide en muchos casos diferenciar qué es verdad y qué no lo es. 

Es tan común y extendido su uso que existen incluso herramientas virales para la manipulación de la realidad

Para evitarlo, y como apoyo a las personas para que tengan la libertad de elegir su discurso libremente y no desde el engaño, numerosas entidades ponen al servicio de los usuarios guías, manuales o recomendaciones. 

Comencemos analizando términos: Fake News y Deepfakes. 

Fake News: son noticias falsas o bulos que se propagan por Internet con el objetivo de desinformar, engañar y manipular a los usuarios. También pueden ser usadas para desprestigiar o enaltecer a determinadas personas o instituciones con el fin de obtener un beneficio económico. Es importante tener en cuenta que las fake news no siempre son informaciones completamente falsas, a veces pueden contener elementos reales, pero se presentan de manera engañosa o se les da un giro para manipular la percepción pública.

Deepfakes: Se trata de vídeos manipulados, que se crean para engañar a los espectadores, haciéndoles creer que una persona específica, ya sea anónima o una figura pública, está llevando a cabo declaraciones o acciones que nunca tuvieron lugar. 

Estos vídeos se crean mediante el uso de herramientas o programas equipados con tecnología de inteligencia artificial, lo que hace posible el intercambio de rostros en imágenes y vídeos, además de la alteración de la voz.

También se pueden encontrar Deepvoices, que junta las palabras y/o frases que alguien dijo para formar un discurso completo, además, también pueden copiar la voz original usando esas partes; o Deepfaces: la superposición del rostro de una persona sobre el rostro de otra, simulando sus expresiones faciales.

En el Instituto Nacional de Ciberseguridad podemos encontrar, además de su definición más en profundidad, las consecuencias que tienen estas manipulaciones de la realidad,  algunos ejemplos que encontraremos de ellas; cómo identificarlas e incluso cómo reportarlas

Consulta aquí las pistas para detectar un deepfake

Organismos institucionales, ONGs y entidades, unidos contra la desinformación y los discursos de odio

Desde el Ministerio de Exteriores y Cooperación Internacional también se han puesto en marcha mecanismos para combatir este acoso al internauta y luchar contra la desinformación

No se trata de un problema endémico de nuestro país. Afecta globalmente y por ello instituciones como la OTAN y la Unión Europea también ponen a disposición de los usuarios documentación detallada para reducir la ola de bulos. 

El Centro de Documentación del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), especializado en recursos de información, publicaciones, revistas y estadísticas relacionados con la transformación y avance digital, también dispone de herramientas para frenar esta amenaza: el artículo Desinformación y discurso de odio en el entorno digital, publicado por Save the Children en este espacio, explora un tema crítico que afecta a la infancia y a la juventud en el entorno digital: la desinformación y la exposición a discursos de odio.

Empresas como Telefónica también se unen a combatir los bulos y analiza, por ejemplo, por qué un Deepfake puede ser una amenaza a la seguridad y a la información.

En conclusión, todos determinan que lo principal a la hora de no dejarse arrastrar por esta mala praxis en la mayoría de los casos intencional, es la información, contrastar las fuentes, poner en duda cualquier contenido que llegue sin verificar, usar medios oficiales como fuente de conocimiento y, sobre, todo, no dejarte llevar por las emociones para difundir un contenido.

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