Multas de 1000 euros por suplantar identidades en Internet

La reciente sentencia que obliga a pagar 1000 euros a un particular que se hizo pasar por un cazatalentos de Samsung en la red pone de manifiesto la delicada línea por la que se mueve la intimidad en Internet.

La historia es muy sencilla, y aparentemente inocente. Una persona se abre una cuenta en la red social Linkedin, anunciándose como cazatalentos y encargado de las contrataciones laborales de la empresa Samsung en España. Evidentemente, en pocos minutos se le comienzan a agregar seguidores en la citada red, hasta alcanzar el medio millar. Lo curioso del relato es que dicho cazatalentos no era tal, y que jamás había trabajado en la empresa oriental, únicamente buscaba fama y aumentar su cuenta de contactos.

Sin embargo, la jugada le ha salido mal al suplantador en este caso, y ha terminado por ser condenado a pagar una multa de 1000 euros por hacerse pasar por quien no era.

Denunciado a la Agencia Española de Protección de Datos, que consideraba que el citado perfil podía atentar contra la intimidad de aquellas personas que hubieran decidido agregarlo como conocido fiándose de él, el condenado acreditó que tan sólo quería constatar la posibilidad de montar un negocio de ofertas de trabajo por Internet, para lo que deseaba hacer un muestreo estadístico gratuito. Para ello se dedicaba a colgar en su perfil ofertas de trabajo supuestamente emanadas de la empresa Samsung. Ofertas que, obviamente, eran totalmente falsas.

Fue la propia empresa japonesa quien, enterada del caso, hizo la denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos. Ésta consideró que se había conculcado el artículo 6.1 de la Ley Orgánica de Protección de Datos, puesto que muchas personas habían adjuntado su curriculum personal en sus mensajes a la cuenta falsa de Linkedin.

El culpable, cuyo identidad no ha trascendido, asegura no tener ánimo de lucro alguno, y ha asumido de forma completa la culpabilidad de los actos. La multa ha sido benévola, ascendiendo a sólo 1000 euros pese a la gravedad de los hechos constatados. Sin duda un aviso a navegantes en relación a las prácticas poco éticas sobre intimidad en la red.

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