Gracias a los avances de las tecnologías y nuestro cambiante ritmo de vida, Internet y las redes sociales ya forman una parte importante de nuestro día a día; pero ¿qué pasa con los menores de edad? ¿A qué riesgos están expuestos en la red y cómo podemos protegerlos?
En la inmensa mayoría de los hogares se encuentra un ordenador o dispositivo electrónico mediante el cual se puede acceder a Internet; lo que supone una facilidad de acceso al contenido on-line por parte de los más pequeños.
Muchos pensarán que Internet es inofensivo para los menores, o que no pasará nada si les dejamos trastear a ellos solos por la red; pues bien, si hacemos eso nos arriesgamos a que:
– Accedan a contenidos inapropiados para su edad
– Puedan establecer contactos on-line, ya sea de forma virtual o presencial, con otros usuarios que posean intenciones maliciosas.
– Se publiquen imágenes de ellos
– Le puedan robar o suplantar su información personal
– Sean víctimas de delitos como el spam, el tabnabbing (pestañas de navegación falsas) o el clickjaching (redireccionados a webs fraudulentas)
Por todo ello, el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal refleja lo siguiente en su artículo 13.4:
“Corresponderá al responsable del fichero o tratamiento articular los procedimientos que garanticen que se ha comprobado de modo efectivo la edad del menor y la autenticidad del consentimiento prestado en su caso, por los padres, tutores o representantes legales”
Ante esta medida; ¿qué se debe hacer para asegurar los datos de los menores en la red?
– Dotar a la web de medidas tecnológicas que impidan el acceso a menores como el eDni, las verificaciones de DNI, los registros con fechas de nacimiento, la confirmación paterna o las casillas de verificación entre otros.
– Poseer medios de contacto o denuncia para la investigación por parte de los administradores
– Realizar actuaciones diligentes respecto de perfiles de menores detectados como el bloqueo inmediato y la investigación.
– Los textos informativos (Política de Privacidad y Condiciones de Uso) deben ser claros y comprensibles
– Etiquetados en redes sociales autorizados por el propio usuario
– Evitar la proliferación del SPAM a través de las redes sociales
– Dedicar espacios a la información, concienciación y formación de los usuarios (FAQs)
– Disponer de herramientas o procedimientos de revisión de contenidos controlando posibles vulnerabilidades de derechos de autor, suplantación de perfiles, menores, situaciones contra la imagen, el honor y la intimidad de un usuario.
Éstas son únicamente algunas de las recomendaciones que hay que seguir para intentar que los datos de los menores no sean vulnerados y peligren menos sus derechos; pero sin duda alguna la más importante de todas ellas es la concienciación y la vigilancia paternal, ya que los padres son los principales guías de sus hijos para enseñarles qué deben y qué no deben hacer cuando naveguen por el amplio mundo de Internet.