Actualmente, Internet lo es todo o casi todo. La mayoría de las personas comparten datos personales de gran importancia en la red. Los motivos son realmente variados, desde recibir una muestra promocional de algún producto hasta abrir una nueva cuenta de ahorro a través de la página web de la entidad bancaria.
Es parte del día a día de los usuarios del mundo digital, por lo que a veces no se da la importancia necesaria a este tipo de acciones. Son vistas como algo común y necesario si se quiere disfrutar de las ventajas de este mundo lleno de posibilidades. Pero toda petición de datos en Internet, como puede ser la introducción de una serie de datos personales para obtener un servicio, debe garantizar el respeto al Derecho de las nuevas tecnologías.
Con dicho objetivo, se elaboraron una serie de leyes que tienen como objetivo regular esta clase de situaciones. Una de estas leyes es la conocida como Ley de Servicios de la Sociedad de Información y de Comercio Electrónico (LSSICE). Su finalidad es regular la actividad económica en Internet referente a la contratación online de bienes o servicios, el envío de comunicaciones con finalidad comercial y el suministro de datos en la red, entre otros aspectos relacionados.
Otra de las leyes existentes es la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), que impone una serie de medidas de seguridad a aquellos organismos que dispongan de datos de carácter personal. El objetivo es evitar que se haga un uso de los datos que afecte a los derechos, libertades e intimidad de las personas.
¿Qué hacer cuándo se ha producido una exposición de dichos datos personales?
Esta exposición de datos personales puede derivar en un robo de identidad de la persona afectada o, incluso, en un riesgo para la reputación de la víctima. Por este motivo, es de verdadera importancia actuar de manera rápida y contundente.
Lo más recomendable para saber si esto puede estar sucediendo es realizar una búsqueda preventiva en el motor de búsqueda Google, ya que al navegar por la red, los usuarios dejan una serie de palabras y fotografías que son indexadas por este buscador. Si se ha detectado que, efectivamente, los datos están disponibles en Internet, habrá que tomar medidas al respecto. Actuar de manera individual puede ser realmente complicado, por lo que siempre es mejor contar con la ayuda de una consultoría de protección de datos.
Tanto en el caso de que se cuente con ayuda profesional como si el usuario decide gestionarlo solo, el objetivo es conseguir que la página web donde se encuentran alojados los datos realice la «desindexación» de los datos personales. Para ello, se hará referencia a los derechos aplicables en cada caso, desde el derecho al honor y la intimidad personal y familiar (Constitución Española, art. 18 apartado 1 y 4 ) hasta el derecho al olvido (sentencia del TJUE), pasando por cualquier otro derecho que fuera de aplicación. En caso de que se negase, la última opción sería recurrir a la Agencia Española de Protección de Datos.
Como no hay mejor solución que la propia prevención, precisamente la AEPD ha elaborado un decálogo con consejos útiles sobre seguridad para los dispositivos conectados.