La adquisición del servicio de mensajería instantánea por parte del gigante Facebook sigue generando controversias.
La reciente noticia de que Facebook había adquirido al popular servicio de mensajería instantánea para móviles, Whatsapp, ha provocado multitud de reacciones. Y, de una forma totalmente lógica, muchas de ellas inciden en la protección de datos personales de los usuarios de ambos servicios.
Teniendo en cuenta los antecedentes de Facebook en relación a su laxitud en la protección de datos de sus usuarios (cabe recordar que permitía establecer búsquedas de consumo incluso en conversaciones privadas) no es de extrañar que muchos se hayan preocupado por su desembarco en Whatsapp, temiendo una extensión de dicha filosofía a los mensajes de móvil.
Lo cierto es que ambas compañías, con nacionalidad estadounidense, están fuera de la Legislación española en materia de protección de datos, y no pueden ser fiscalizadas por la Agencia Española de Protección de Datos con sede en Madrid. Algo que, pese a todo, no debería ser mayor problema si las dos corporaciones continúan proporcionando sus servicios de igual modo que hasta ahora, como han anunciado reiteradamente. En cualquier caso la clave será no exponer datos privados de especial relevancia en estos contextos, tal y como siempre advierten abogados especializados, que insisten sobre la necesidad de entender la peligrosidad de transmitir esa información a través de la Red o el teléfono móvil.
Es ahora el tiempo el que deberá decir si las precauciones de los usuarios y sus temores están justificados o no.