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La protección de datos y el cifrado de la información almacenada en la nube

El Derecho de las nuevas tecnologías y las aplicaciones de la LSSICE y LOPD han de ofrecer soluciones a los nuevos formatos de almacenamiento de información. Entre ellos, destaca, por su sofisticación, la nube.

La nube es un servicio de computación que funciona a través de Internet. A grandes rasgos, permite una alta disponibilidad de espacio y la posibilidad de entrar a revisar los archivos desde cualquier dispositivo que tenga acceso a Internet. Es decir, ya no hay que depender de estar en un lugar físico concreto para visitar estos archivos, aunque un corte del suministro puede imposibilitar estas acciones.

Otra de las complicaciones que entrañan los servicios en la nube se relaciona con la garantía de la privacidad de las informaciones. Por ejemplo, los hackers, también conocidos como “piratas informáticos”, pueden atacar los servidores en los que se almacenan los datos. Su acceso a la información personal supondría un grave peligro.

Los servidores de Internet tienen sus propias medidas de seguridad, las cuales no son infranqueables. No obstante, cabe la posibilidad de tomar medidas de precaución adicionales (como usar servicios de servidores cuya dirección empiece por https, cuya “s” final significa “Secure Sockets Layer”, un importante protocolo desarrollado para realizar transferencias de forma segura en Internet).

Por lo tanto, no constituye una opción plenamente segura subir los archivos a la nube sin haberlos cifrado previamente. El proceso de cifrado se basa en la encriptación de contenidos, de manera que solo puedan conocerlos quienes posean la clave para decodificarlos.

En este sentido, el cifrado en servidor ya supone un filtro para la información, aunque el proveedor del servidor tendrá acceso a ella. Por otra parte, la manera más segura de garantizar la protección de los datos consiste en apostar por el cifrado en cliente, puesto que, mediante este sistema, se encripta la información y los responsables del servidor no pueden acceder a ella.

En definitiva, conviene asegurar la privacidad en la nube y recurrir al asesoramiento de la consultoría de protección de datos.

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