Los juristas de la Unión destacan la importancia de la protección de datos en el contexto actual, marcado por las nuevas tecnologías. Si algo resulta fundamental en la actual era digital, con la proliferación de dispositivos de telefonía móvil, tablets, conexiones wi-fi en casi cualquier lugar, y, en definitiva, una continua situación en contacto con el resto del mundo, eso es la protección de un derecho fundamental como el derecho a la intimidad. Y así lo ha entendido la Unión Europea, que actualmente culmina una novedosa legislación a nivel continental sobre la protección de datos.
De esta forma, una comisión de juristas de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior prepara en la actualidad una nueva legislación que debe de reemplazar a la vigente, que data de 1995, y ha quedado marcadamente obsoleta a raíz de la proliferación de la telefonía móvil.
Entre los aspectos más interesantes que se sabe formarán parte de dicha norma están el hecho de que las empresas deben de informar sobre su política de protección de datos de forma previa a sus potenciales clientes, que las corporaciones deberán pedir permisos a los ciudadanos de la Unión para procesar sus datos personales, o la implantación de un novedoso y revolucionario derecho al olvido. Mediante esta última previsión legal cualquier persona podrá exigir que todos sus datos personales sean eliminados de las bases de datos de la Red. Algo, sin duda, muy interesante para profesionales del derecho y cualquier consultoría de protección de datos.
Sin embargo, no han sido pocas las voces que se han elevado clamando por la imposibilidad de articular en la práctica esta última previsión. La “inmortalidad de los datos personales” en Internet se presenta como uno de los mayores desafíos en la actualidad. De hecho, encuestas encargadas por la propia Unión Europea reflejan que más del 70 por ciento de los ciudadanos europeos temen que sus datos personales sean utilizados de manera inadecuada, y tan sólo el 26 por ciento creen tener bajo control sus datos personales en las redes sociales. Sin duda, una problemática de primer orden que será enfrentada por la Unión Europea con efectividad aun por comprobar.