El Derecho de las nuevas tecnologías va acumulando avances que tratan de procurar una protección de los datos a la altura de las innovaciones que van surgiendo en la actual sociedad de la información. Leyes como la LOPD y LSSICE constituyen las creaciones, en este sentido, más efectivas. Sin embargo, en ocasiones, su aplicación no es suficiente.
Son precisos, por lo tanto, más instrumentos para hacer frente a las amenazas que se ciernen sobre estas informaciones básicas para las personas y organizaciones.
La coyuntura actual de la consultoría de protección de datos
La era de la movilidad implica un flujo constante, y en distintas direcciones, de datos a través de Internet. Las interconexiones que posibilita el Internet de las Cosas también aumentan estos movimientos de información. Asimismo, el fenómeno BYOD (las siglas en inglés corresponden a Bring Your Own Device -en castellano, trae tu propio dispositivo-) también incrementa las posibilidades de intercambiar datos de manera funcional.
El potencial, sin duda, ha ido a más, pero es precisamente esta multiplicación de dispositivos interconectados la que conlleva unos mayores márgenes de riesgo para la protección de los datos.
La labor de una consultoría de protección de datos frente a las nuevas amenazas
Por parte de las instituciones que han de garantizar la protección de datos personales se incurre en un frecuente dilema: incrementar los niveles de protección puede acabar por vulnerar el derecho a la privacidad.
En este aspecto se combinan las obligaciones que impone la normativa oficial con las medidas que cada organización o particular puede tomar por su cuenta. No obstante, el problema estriba en que, en ocasiones, la implementación de estas medidas supone una inversión costosa y difícil de afrontar.
Una opción a valorar pasa por contratar los servicios de una consultoría de protección de datos, la cual puede encargarse de velar por el cumplimiento de los estándares de salvaguarda de la información.
Consejos en aspectos de Derecho de las nuevas tecnologías para mejorar la protección de datos sensibles
Los datos sensibles son aquellos de índole personal que hacen referencia a cuestiones de gran trascendencia. Por ejemplo, los relacionados con temas de salud o económicos. Su relevancia está detrás del alto número de ataques que sufren las empresas que operan en estos sectores. Las instituciones públicas también han de elevar sus niveles de protección de datos sensibles.
A continuación, unas recomendaciones para lograr la máxima preservación en materia de protección de datos sensibles:
1. Bloquear los datos sensibles de empleados, clientes y pacientes
2. Limitar el acceso a los datos sensibles por parte de los trabajadores
3. Destruir los datos de los clientes adecuadamente y conforme a la ley
4. Poner en práctica políticas de privacidad
5. Utilizar contraseñas robustas
6. Recurrir al cifrado de datos
7. Tomar medidas de precaución en el acceso remoto a la red
8. Actualizar el sistema y el software de forma frecuente
En definitiva, se trata de acciones que vienen a suponer una garantía en manos de los usuarios frente a las cada vez más sofisticadas y efectivas técnicas de ataque de los ciberdelincuentes.