La explosión de las redes sociales arroja cifras escalofriantes. Sin ir más lejos, Facebook cuenta con tantos usuarios como la población de China. Percibe dos tercios de sus ingresos del mercado publicitario y, en concreto, de las campañas de Facebook Ads, la estrella del marketing online en el ámbito del social media. Por ello, son muchas las empresas de marketing que asesoran y dirigen a sus clientes (especialmente, PYMES) en la puesta en marcha y el seguimiento de esta potente estrategia de multiplicación de las ventas, destacada por dos atributos: poder de segmentación y rentabilidad.
Para aprovechar lo mejor de Facebook Ads y obtener el mayor retorno posible de la inversión, es prioritario definir para los anuncios una configuración que les confiera esa capacidad de transmisión indispensable para que los visitantes se conviertan en clientes y empaticen con la marca.
En este aspecto, puede resultar definitivo recabar el apoyo de los profesionales de una consultoría de marketing online. Simultáneamente, es preceptivo identificar con precisión el público target al que se pretende hacer destinatario de esos anuncios. Cada uno de sus integrantes recibe el nombre de buyer persona, a la sazón el verdadero eje de una campaña en Facebook Ads.
Facebook ha estructurado su plataforma publicitaria de forma que sea posible una configuración específica de los anuncios y cada uno nazca con sus objetivos concretos en cuanto a visibilidad, ratio de conversiones, engagement con el usuario, etc. Es posible segmentar anuncios personalizando el target, de manera que sean visibles para determinados contactos, visitantes del sitio web o usuarios de las aplicaciones de su titular.
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Tras la configuración previa de una campaña, llega el momento de afrontar el diseño del anuncio tal como se desea que los buyer personas lo reciban. En esta etapa juega un relevante papel el empleo de imágenes, en torno a las que girará el mensaje publicitario. A través del split test, empleado en marketing online para describir experimentos aleatorios, se consigue determinar cuál de los anuncios prediseñados ofrece las mejores prestaciones, lo que aporta elementos de juicio para optimizar las campañas.
Los anuncios, en su parcela de texto, deben manejar un lenguaje que se amolde a las buyer personas, siempre sencillo y revestido de autenticidad, pues la imagen de marca se ve reforzada. En cuanto a las imágenes, se procurará que sean llamativas y remuevan sensaciones que ayuden a transmitir el mensaje comercial. Sus dimensiones más recomendadas son 600×225 píxeles. Se aconseja evitar el fondo blanco y la baja resolución.
Tras incidir en las pautas de trabajo conducentes al mejor provecho de esta estrategia de marketing online, conviene dar un somero avance de la mecánica de su puesta en escena. Para quien conozca Google AdWords, Facebook Ads es bastante similar en su funcionamiento. Trazando el esquema sintetizado al máximo, consiste en diseñar la campaña, configurar los grupos de anuncios y crear estos, que pueden ser de textos, gráficos o vídeos.
Una vez iniciada sesión en el perfil personal que administra la fan page, con la herramienta de creación de anuncios se elige el objetivo de la campaña. Entre los objetivos, se ofrecen al usuario los siguientes: me gusta, interacción con una publicación, clics o conversiones en el sitio web, instalaciones de la aplicación, interacciones con la aplicación, respuestas a eventos o éxito de una oferta.
Facebook verifica la página con la que se desea desarrollar la campaña y despliega el menú para crearla. La plataforma admite hasta seis anuncios al mismo coste, entre los que Facebook publicará los que ofrezcan mejores resultados.
Como en cualquier proyecto económico, es vital elaborar un presupuesto de campaña, para lo cual cabe marcar como unidad de tiempo desde un día hasta la totalidad de la duración de la campaña. Debe elegirse si la campaña va a basarse en el pago por impresiones (CPM) o pago por clics (CPC). Para ello, Facebook maneja estas opciones:
– Optimizar para lograr “me gusta”: es la opción de pago por impresiones optimizadas, en la cual el coste deriva de mostrar los anuncios a los usuarios con más probabilidades de generar la conversión asociada al objetivo.
– Optimizar para lograr clics, de donde arrancan dos alternativas:
– Optimizar automáticamente la puja para conseguir más clics y pagar por mostrar el anuncio a las personas más inclinadas a hacer clic en él.
– Pujar manualmente para obtener clics: es la variante de pago por costo por clic manual, en la que se devenga un dinero cada vez que alguien clica en el anuncio.
Un dominio profundo del target permite llevar a cabo una buena segmentación para que la publicidad alcance a quienes realmente pueden generar conversiones, lo que facilita la elaboración de un presupuesto enfocado a conquistar al cliente ideal.
Para lograr el éxito en las campañas en Facebook Ads, es clave hacer uso de la herramienta Google Analytics. Creando vínculos personalizados puede rastrearse el tráfico de un sitio web derivado de los anuncios en Facebook Ads, lo que contribuye a averiguar el ROI de las campañas.