La instalación y desarrollo de las cookies en equipos propios y ajenos es, sin duda, uno de los caballos de batalla más importantes en cualquier sistema de legislación relativo a la protección de datos.
Y es que estos aparentemente inofensivos rastros encierran tras de sí un completo recorrido por la personalidad, gustos y aficiones del consumidor. En suma, una mirada completa, y muy poco controlada, a su privacidad.
Sabedora de esto, la Unión Europea lanzó hace ya más de un año una normativa al respecto, que establecía los extremos relativos al consentimiento de los usuarios a la hora de la instalación de cookies en su equipo. Sin embargo, más de doce meses después, la misma apenas ha tenido un desarrollo adecuado dentro de la legislación interna española. Por ello, en la actualidad se está concluyendo por parte de la Agencia Española de Protección de Datos un documento que explique de forma concreta cuál debe de ser el contenido de dicha aplicación, según recogen diversos medios.
Dicho documento, que según dicen desde la Agencia verá la luz en los próximos meses, se presenta como una serie de orientaciones abiertas y flexibles que permitan articular esos recursos tanto por parte de las empresas como de los particulares y, en caso de ser necesario, de consultorías de protección de datos.
Dos son las líneas fundamentales que se buscan seguir en estas orientaciones. De un lado, buscar el mayor número de posibilidades que la ley soporte, para adecuar a cada empresa la situación concreta que le resulta más afín con su tamaño y dedicación. De otro, y fundamental, garantizar que el usuario permanezca en todo momento informado, y que jamás una cookie sea instalada en su equipo sin su previa autorización. Sin duda unas proposiciones muy razonables, que habrá que comprobar si son seguidas en el documento que haga público la Agencia Española de Protección de Datos.