El Gobierno griego, multado por no guardar una correcta política de protección de datos.

lopd valenciaEl Gobierno Griego está una vez más en el punto de mira, en esta ocasión debido a la vulneración de la protección de datos de muchos de sus ciudadanos. En los últimos días se ha sabido que el Ministerio de Finanzas del país heleno hizo públicos por error los datos de varios de sus contribuyentes.

La lucha contra la impunidad a la hora de la gestión de los datos personales encuentra una de sus piedras angulares en el tratamiento que de los mismos realizan las instituciones públicas. Y es que, si exigible resulta un trato exquisito por parte de entidades y corporaciones, mayor aun debe de ser dicha necesidad cuando quien la lleva a cabo es una administración pública.

Esto es lo que ha ocurrido recientemente en Grecia, donde su Ministerio de Finanzas ha sido condenado por parte del organismo estatal de protección de datos. La multa a pagar asciende a 150.000 euros.

Los hechos que se le imputan al Ministerio de Finanzas son, además, especialmente graves dentro del actual contexto socioeconómico de Grecia, tal y como han denunciado diversas asociaciones de afectados, colegios de abogacía y alguna consultoría de protección de datos. Y es que de lo que se acusa al citado organismo público es de no tener la suficiente eficacia como para proteger los datos personales de los ciudadanos helenos en ese campo. De esta ineficacia se derivó una fuga de datos que buscaba la evasión de impuestos y el traslado de fondos a países considerados como paraísos fiscales.

Esta sanción de la Autoridad Helénica de Protección de Datos se une al caso de hace poco más de un año, en el cual un joven programador que trabajaba en el Ministerio de Finanzas pirateó sin aparente dificultad la red del mismo, con el fin de vender ese conocimiento a particulares y lucrarse de esa forma.

Todo lo anterior no sólo pone en tela de juicio la seguridad de los datos personales en el burocratizado estado griego, sino que resulta una situación especialmente sangrante por la situación de ese país. No obstante, cabe aplaudir esta primera sanción, y esperar que cumpla con creces su efecto disuasorio.

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