Internet ya forma parte de tu vida y parece que todo lo que compartes o publicas ahí va a ser eterno. Pero las personas no somos inmortales y aquí es cuando surge la gran pregunta: ¿existe el derecho al olvido en Internet?
El derecho al olvido
Cuando fallece un familiar, ver su perfil de redes sociales activo o cómo personas y empresas intentan interactuar con él porque no saben lo ocurrido puede resultar muy doloroso. Para evitar esto se concibió el derecho al olvido, y desde el año 2018 existe la Ley Orgánica de Protección de Datos que lo recoge. Se basa en la idea de que esa información ya no sirve y su dueño no puede tomar acción para eliminar la huella digital que ha ido dejando en vida.
También se conoce este derecho como el de supresión, ya que permite exigir a cualquier entidad, empresa o responsable del tratamiento de datos personales que borre de sus ficheros determinadas referencias de forma permanente. No importa si se trata de alguien vivo o no.
Algunas redes sociales ya ofrecen a los familiares o herederos de alguien fallecido la opción de borrar sus perfiles. Incluso se puede exigir a Google que elimine enlaces relacionados con esa persona o que contengan sus datos, pero no de la información en general, que se mantendrá intacta. Respecto al contenido de terceros quizás sea más complicado, porque la eliminación solo se llevará a cabo cuando aquel sea “inadecuado, inexacto, no pertinente, no actualizado o hubiere devenido por el transcurso del tiempo”.
Para usar este derecho, los familiares deberán solicitarlo ante la empresa que posea los datos. Será necesario presentar la documentación necesaria que atestigüe el fallecimiento y demostrar el vínculo que les une para obstaculizar el uso irregular de esta opción.
Este derecho es tan importante que la ley admite que el derecho al olvido o a la supresión lo ejerciten también “las personas o instituciones que el fallecido hubiese designado expresamente para ello”, así como la prohibición de ejecutarlo si el difunto expresó en vida su deseo de que sus datos se mantuvieran en Internet.
Cómo lo gestionan las redes sociales
Redes sociales como Facebook o Instagram han encontrado otras maneras de gestionar el derecho al olvido en Internet.
Por ejemplo, el contacto de legado, una persona nombrada por ti mismo para que se encargue de tu cuenta personal en caso de que fallezcas y esta se convierta en conmemorativa. Esta persona podrá dejar una despedida o información relevante de forma fija en tu perfil, actualizar tu foto, pedir la eliminación de tu cuenta e, incluso, descargar una copia de todo lo que habías compartido. Su acceso será limitado y no le será posible eliminar o aceptar amigos, leer tus mensajes privados ni iniciar sesión en tu cuenta siempre que quiera.
Otra opción son las cuentas conmemorativas. Tu cuenta personal se mantendrá con la única finalidad de que tus familiares y amigos puedan utilizarla para despedirse o compartir recuerdos. Las identificarás porque junto al nombre aparece “En memoria”. Todo el contenido que hubieras compartido seguirá siendo visible para tus contactos.
Gmail, por su parte, da la posibilidad de escoger a un administrador para el caso de que tu cuenta quede inactiva. LinkedIn pide un enlace a la esquela del difunto y el nombre de la empresa en la que trabajó antes de fallecer para poder borrar su perfil. Twitter exige un poder notarial del fallecido autorizando a otra persona a gestionar su cuenta junto al nombre completo del familiar o amigo, el de su cuenta y fotocopia de los dos DNI.
Como ves, el derecho al olvido en Internet no es imposible. En Gesprodat somos expertos en gestionar el procesamiento de los datos personales, sobre todo, en casos tan especiales como los tratados aquí.