La protección de datos constituye el objetivo fundamental del Derecho de las Nuevas Tecnologías, una rama jurídica de desarrollo relativamente reciente y que trata de que se respete la ley en los ámbitos más sensibles de la actual sociedad digital. La LOPD y LSSICE, por otra parte, se han revelado en España como sus herramientas más útiles.
Al fin y al cabo, la transformación digital está presente en todos los órdenes de las actividades públicas y privadas, por lo que es imperativo que se produzcan avances en materia de consultoría de protección de datos. Unas innovaciones cuyas finalidades básicas consisten en detectar y combatir las amenazas de los hackers.
Estos piratas informáticos se especializan con gran rapidez, de manera que sus ataques se vuelven más sofisticados. Por lo tanto, para frenar los efectos perversos de estos, es preciso anticiparse.
En este sentido, resulta imprescindible que las precauciones y prevenciones adquieran la misma complejidad que los riesgos a los que hay que enfrentarse. La formación de quienes han de afrontar las amenazas se convierte en una obligación.
En este aspecto, una alternativa válida y ciertamente original es la edición de un videojuego. No hay que identificar estas aventuras gráficas como juegos de niños, ya que pueden cumplir perfectamente las funciones de los programas formativos.
En esta línea se inserta, en consecuencia, Hackend: se acabó el juego, una iniciativa del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Se orienta, sobre todo, a las pequeñas y medianas empresas, las cuales están siendo víctimas de ciberataques, en España, con gran contundencia y recurrentemente.
Como las pymes no suelen contar con los recursos para la protección de datos de los que disfrutan las empresas con mayor volumen de negocio, resultan más vulnerables a las amenazas de los piratas informáticos.
Por consiguiente, un videojuego constituye una alternativa formativa con visos de ser recibida, por economía de recursos, de manera efectiva. Se combinan información y entretenimiento mediante la recreación de situaciones reales, tales como la recepción de facturas falsas, el acceso sin autorización a los sistemas, la sustracción de las bases de datos de los clientes o la infección por parte de un troyano.
Ante estas circunstancias, el jugador tiene que demostrar su pericia y resiliencia, por ejemplo, mediante la inversión en cortafuegos y antivirus, conexión protegida a Internet y modificación frecuente de las claves de acceso. Max, un pequeño empresario con el que el jugador se va a identificar fácilmente será el encargado de prevenir las acciones del hacker e, incluso, podrá descubrirlo y capturarlo.
Por otro lado, el éxito de este videojuego ya se ha testado como sistema de aprendizaje, gracias a galardones como el concedido al mejor serious game del año, el cual fue anunciado en el Fun & Game Serious Festival, celebrado en Bilbao.
Por último, hay que reseñar que esta aventura gráfica también está ya disponible en versión responsive, lo que significa toda una declaración de intenciones relativa a cómo atajar los peligros asociados a los hackers, ya que si estos se hacen cada vez más móviles y escurridizos, conviene que se produzca una innovación paralela, como la representada por este videojuego, en materia de seguridad.