Derecho y nuevas tecnologías deben equipararse, a efectos de modernización, ya que generalmente las segundas avanzan con más rapidez que el primero. El servicio de mensajería más utilizado, WhatsApp, está expuesto a acciones fraudulentas por parte de personas y/o empresas que quieren evadir la ley.Cualquier consultoría de protección de datos, por su parte, recibe, entre las diferentes consultas relativas a la LOPD y la LSSICE, diversas quejas y reclamaciones relacionadas con fraudes que llegan desde estas nuevas tecnologías.
Las modernas tecnologías de la comunicación multiplican, en consecuencia, las opciones de estafa, por lo que los ciudadanos han de ser cautos. Los timos ya no llegan solo por teléfono o correo electrónico, sino que arriban también por SMS y WhatsApp. En este sentido, conviene prestar atención a los fraudes más reiterados por WhatsApp.
[Tweet «Los timos hoy en día arriban también por SMS y WhatsApp»]
Generalmente, están relacionados con la suscripción a sistemas de mensajería que conllevan tarifas desproporcionadas, el robo de información confidencial (identificación, bancaria, etc.) y la descarga de software malicioso que infecta el ordenador. Se trata, básicamente, de los siguientes:
–Falso cheque regalo de la empresa Amazon.
–Falsa invitación a las llamadas de voz de WhatsApp.
–Fraudes que entran por el navegador web.
-Desactivación del doble check azul (factible desde los ajustes).
-Prestaciones especiales de la aplicación WhatsApp Oro.
–Falso contestador (opción inexistente).
–Aplicación espía (lógicamente, inexistente).
Aparte, otra estafa con apariencia de promoción que hay que desestimar es la que está transmitiéndose vía WhatsApp y SMS e invita a aprovechar unos vales de 150 euros de la empresa Mercadona. Dicha cadena de supermercados y la Policía Nacional ya han desmentido la veracidad de la campaña. El objetivo de este fraude consiste en hacerse con los datos personales y, de paso, suscribir al estafado al envío de unos SMS que le supondrán un coste desorbitado.
En definitiva, los ciberdelincuentes están desplegando sus tretas con gran facilidad desde las nuevas aplicaciones de comunicación. Resulta imprescindible, por lo tanto, identificar correctamente estas amenazas para evitar desagradables incidencias.