Tanto si eres un directivo como si eres un empleado de base, es posible que en los últimos tiempos hayas oído hablar del compliance. Esto se debe a que las empresas cada vez se preocupan más por el cumplimiento de la legalidad a todos los niveles.
Estamos ante una herramienta que puede ser especialmente útil a la hora de evitar sanciones laborales y hasta penales y que, además, tiene importantes efectos internos en la compañía al mejorar la motivación y la productividad de los empleados.
¿Qué es?
Se puede definir como un conjunto de procedimientos y de buenas prácticas que permiten a las empresas identificar y clasificar los riesgos a los que se enfrentan en su día a día, así como tomar medidas para prevenirlos.
Por ejemplo, se pueden identificar y prevenir riesgos asociados al tratamiento de datos, a la selección de personal, a la confidencialidad de la información, a la administración desleal.
¿Por qué es ahora tan importante?
No es algo nuevo en el entorno empresarial, pero hace un par de décadas seguramente no habrías oído hablar de él. Si se ha vuelto tan popular en los últimos años es debido a los cambios legislativos que se han producido en España.
Desde 2010 se han realizado varias actualizaciones en el Código Penal tendentes a incrementar la responsabilidad de las personas jurídicas. Esto implica que ahora las empresas deben estar más involucradas que nunca en la prevención de delitos en su funcionamiento interno.
Lo que se espera de las organizaciones es que ellas mismas sean garantes del cumplimiento de la legalidad en su operativa y tomen medidas para que todos sus empleados ajusten su conducta a la normativa vigente.
Un camino que no es fácil
En España se viene tratando de impulsar desde el año 2010, pero no ha sido un trabajo fácil por el desconocimiento de las personas jurídicas sobre por qué o qué tenían que hacer en esta materia.
El tiempo ha demostrado que no se trataba de una moda pasajera, que el establecimiento de normas y buenas prácticas a nivel interno en las empresas es algo totalmente necesario.
Buena prueba de ello es que las grandes empresas ya cuentan con sus propios programas de compliance e, incluso, se los exigen a las empresas con las que subcontratan ciertos servicios.
Sin embargo, el nivel de implantación no ha sido el mismo en las pymes. Y esto es un riesgo, porque también ellas están sujetas a responsabilidad si en su operativa interna no se cumple con la legalidad vigente.
El compliance como ventaja competitiva
Al margen de sus beneficios a la hora de evitar sanciones y responsabilidades, también se ha convertido en una importante herramienta que puede ayudar a tu empresa a ganar ventaja competitiva.
Las organizaciones que se esfuerzan por cumplir la legalidad son mejor vistas tanto por los consumidores como por quienes están buscando trabajo. En consecuencia, esta mejora de la reputación deriva en un incremento de las ventas y en una mayor capacidad para atraer y retener el talento.
Si hace una década las empresas pensaban que era un gasto, hoy en día la mayoría de los directivos son conscientes de que se trata de una inversión que puede dar muy buenos rendimientos.
El reto ahora es que las pequeñas y medianas empresas también sean conscientes de las ventajas de este sistema y se animen a implantar sus propios planes de prevención y buenas prácticas.
El compliance no es una tendencia puntual, ha llegado para quedarse y es importante que empresas de todos los sectores y de todos los tamaños lo tengan en cuenta en su gestión.