Con leyes vigentes como la LSSICE y la LOPD, las empresas han de cuidar los datos que gestionan. El derecho sobre las nuevas tecnologías apela a la responsabilidad de las compañías en la fiel custodia de los datos a través de contraseñas. Lo ideal es acudir a una consultoría de protección de datos para asegurarse la total eficacia de dicha protección.
Pero no solo las empresas gestionan datos, también los usuarios de Internet se ven obligados a utilizar contraseñas para acceder a sus cuentas (correo electrónico, redes sociales, foros, oficinas electrónicas, etc.). Incluso, es conveniente proteger algunos documentos que se almacenan en el propio ordenador.
No obstante, existen programas que averiguan las contraseñas. Para evitar que una contraseña sea descifrada, es aconsejable que cumpla una serie de requisitos.
Las contraseñas son la base de la protección de datos, pero para que sean efectivas deben cumplir una serie de características
Uno de estos requisitos consiste en mantenerla en secreto: no compartirla con amigos o familiares, no dejarla plasmada en ningún documento de la computadora, etc.
Por otro lado, la contraseña debe ser complicada. Conviene que tenga, al menos, 8 caracteres y que incluya letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Tampoco debe consistir en un nombre cualquiera, una fecha, números consecutivos, letras consecutivas del teclado o números de móvil.
Se debe contar con una contraseña para cada sitio (Facebook, e-mail, etc.). De lo contrario, si descubren la contraseña a través de una plataforma, podrán entrar en el resto de lugares del mismo usuario.
Hay que elegir una pregunta de seguridad cuya información no se desvele en otro sitio o red social frecuentada. Por último, es muy útil contar con un gestor de contraseñas que almacene todas mediante una clave maestra de acceso.
Pero lo más importante es no escatimar esfuerzos a la hora de proteger las contraseñas para que la confidencialidad y la intimidad queden preservadas.