Las compras a través de una tienda digital parecen frecuentes pero no lo son tanto. Según el Primer Observatorio E-Commerce, «el 45,4% de los españoles no ha realizado ninguna transacción online en el último medio año». Los resultados de Valencia, en línea con los globales del Estado, dejan entrever que aún queda mucho por hacer para que el marketing online cumpla con su deber de catapultar el e-commerce hacia el estrellato. Los retos son múltiples. Los pasos a seguir, también. Cabe señalar que, para que una estrategia marketing online alcance los objetivos deseados, generales, específicos y particulares, es necesaria disciplina.
Una buena estrategia de marketing online tiene que responder a las crisis
La elaboración y el cumplimiento riguroso de un plan integral de viabilidad que estipule al detalle las acciones para lograr el éxito solo puede ser diseñado por profesionales, específicamente formados para ello, que pueden ser miembros de la plantilla o de una consultoría marketing online externa.
Llevar a cabo a rajatabla el plan de marketing digital no significa, en ningún caso, que su ejecución salga a pedir de boca. Las crisis no son fenómenos aislados y, por tanto, formar equipos de trabajo destinados a la resolución de acontecimientos problemáticos (perjuicios en la imagen corporativa, pérdida de reputación, etc.) es una obligación que debe estar siempre supervisada por la dirección del departamento.
Por su parte, el plan de marketing online debe recibir una auditoría periódica que revise los resultados de cada acción específica y alerte, tanto de los resultados buenos, como de los mejorables. Solo así el control resultará efectivo y se hará más sencillo buscar fórmulas para proseguir, por un lado, con los objetivos que marchan sobre ruedas, así como encontrar fórmulas para reforzar los que no funcionan adecuadamente.
En definitiva, solo una buena definición primigenia del plan de marketing online puede multiplicar las conversiones de una tienda e-commerce. Trabajar a golpe de efecto no es una solución.