La propuesta europea conocida como Chat Control lleva más de dos años generando debate, y la reciente posición adoptada por el Consejo de la UE el 26 de noviembre de 2025 ha reactivado la conversación pública y empresarial.
La pregunta vuelve a la mesa: ¿puede la lucha contra el abuso sexual infantil justificar nuevos mecanismos de detección en los servicios de mensajería?
Aunque pueda parecer un asunto ajeno a las empresas, lo cierto es que sus implicaciones pueden alcanzar de lleno a la mensajería interna y a la gestión de compliance digital.
En este artículo analizamos qué supone la novedad legislativa y qué debería revisar tu organización.
¿Qué ha aprobado el Consejo de la UE? ¿Y qué significa para el debate?
El Consejo de la Unión Europea ha acordado su postura sobre el nuevo Reglamento para combatir el abuso sexual infantil en internet (CSAR). La principal novedad es que, a diferencia de propuestas anteriores que permitían analizar de forma masiva los mensajes de todos los usuarios, el Consejo apuesta ahora por un modelo más limitado: solo se permitiría la detección en casos concretos y con autorización previa de un juez, reforzando así las garantías y la proporcionalidad.
Aun así, el debate continúa, y conviene recordar que diversos organismos y expertos ya habían advertido en los últimos años sobre los riesgos que este tipo de medidas podría suponer para derechos fundamentales como la privacidad y la confidencialidad de las comunicaciones. La cuestión de fondo permanece abierta: ¿cómo equilibrar la detección de delitos con la protección del cifrado y la privacidad? Y, sobre todo, ¿cómo puede afectar esto a las herramientas corporativas?
¿Cómo afecta este debate a tu empresa? Mensajería interna bajo el foco
Aunque la regulación tiene un objetivo claramente social —proteger a los menores frente a la explotación online—, sus implicaciones no se limitan al ámbito personal. Las empresas también pueden verse afectadas, sobre todo en la medida en que dependen cada vez más de sistemas de mensajería interna para coordinar tareas, compartir información confidencial y gestionar operaciones diarias.
A continuación, los puntos que conviene revisar desde un enfoque práctico:
1. Cifrado y herramientas utilizadas
Las empresas confían cada vez más en plataformas como Teams, Slack, Google Chat o herramientas internas que dependen del cifrado de extremo a extremo (E2EE) para proteger la confidencialidad de la información. Sin embargo, si los proveedores se ven obligados a introducir mecanismos de detección automatizada o a modificar el cifrado para cumplir la ley, estas herramientas podrían no ofrecer el mismo nivel de seguridad que ofrecen hoy.
Por ello, es recomendable que las organizaciones evalúen:
- si sus plataformas seguirán garantizando la confidencialidad,
- qué nivel de control conserva el proveedor sobre los mensajes,
- y si existen planes alternativos en caso de cambios técnicos.
2. Riesgos de monitorización automática
Aunque la nueva propuesta europea limita el alcance de las detecciones, persiste la posibilidad de que los proveedores incorporen sistemas automatizados para cumplir con futuras obligaciones regulatorias. Esto puede implicar:
- un tratamiento adicional de mensajes internos,
- menor control sobre la cadena de custodia de la información,
- y riesgos reputacionales y de seguridad en caso de accesos indebidos o filtraciones.
Este escenario exige incorporar la mensajería interna en el análisis de riesgos corporativos y revisar contratos, políticas y controles técnicos.
3. Documentación de compliance y seguridad
La mensajería interna debe integrarse plenamente en la responsabilidad proactiva del RGPD. Esto implica revisar y documentar:
- la gestión de permisos y accesos,
- los registros y auditorías periódicas,
- los mecanismos de prevención de fugas de información,
- y la seguridad aplicada desde el diseño.
Estas medidas no solo reducen riesgos, sino que permiten adaptarse más fácilmente a futuros cambios legislativos.
4. Transparencia y formación interna
Si la empresa utiliza sistemas de supervisión, filtrado o retención de mensajes, la plantilla debe estar informada de forma clara y completa. La AEPD recuerda que la transparencia es obligatoria: se debe explicar qué se monitoriza, por qué, con qué base jurídica y durante cuánto tiempo. No hacerlo puede acarrear sanciones y comprometer la confianza del equipo.
5. Proporcionalidad de las medidas
La incertidumbre regulatoria puede llevar a algunas empresas a implantar controles intrusivos que no están justificados. El principio de proporcionalidad del RGPD sigue siendo esencial: cualquier medida debe ser adecuada, necesaria y equilibrada en relación con el riesgo real. Implementar sistemas invasivos sin una justificación sólida puede generar problemas de cumplimiento y afectar a la cultura interna.
Relación con otras normativas clave
- NIS2: exige identificar riesgos en todos los sistemas de información, incluida la mensajería interna. INCIBE recuerda su relevancia dentro de la superficie de exposición digital.
- RGPD y AEPD: cualquier tratamiento automatizado de comunicaciones debe ajustarse a la minimización, transparencia, seguridad desde el diseño y responsabilidad proactiva.
Lo que comenzó como una propuesta centrada en la protección de menores se ha convertido en un debate europeo sobre privacidad, cifrado y supervisión de comunicaciones. Para las empresas, este es el momento de revisar políticas internas, actualizar herramientas y reforzar los procesos de compliance.
Si necesitas evaluar tus canales de mensajería interna o preparar a tu organización para los posibles cambios normativos, podemos ayudarte en todo el proceso: diagnóstico, adecuación y acompañamiento.