El interés por la LSSICE y la LOPD en España está aumentando, debido a la necesidad que tienen empresas y particulares de cumplir estas leyes de seguridad. Para adaptarse, en esta encrucijada entre derecho y nuevas tecnologías, resulta frecuente el recurso a la consultoría de protección de datos.
Uno de los aspectos que genera esta demanda es la realización de copias de seguridad. Se trata de volcar los datos de un fichero automatizado en un dispositivo alternativo que permita su recuperación. Tanto en el ámbito privado como empresarial se revelan como fundamentales, ya que los archivos pueden perderse por distintas causas: avería parcial o total del disco duro, uso de una diversidad de dispositivos móviles, deterioro físico, borrado accidental o por efecto de algún virus.
Este tipo de copias son obligatorias para las empresas, que deben asegurar los datos en distintas localizaciones
Si la realización de copias de seguridad en el ámbito personal responde a una decisión voluntaria, en el de las empresas existe la obligación de llevar a cabo una por semana en los archivos que se modifiquen durante ese periodo de tiempo. Aparte, han de ser guardadas en diferente sede que los equipos, para evitar su destrucción, en caso de catástrofe. Por otro lado, estas copias deberán estar cifradas, es decir, protegidas por un código secreto.
Existen distintos formatos para almacenar copias de seguridad. En primer lugar, destaca la realización de copias, tanto manuales como automáticas, en discos duros externos que se conectan al ordenador mediante un dispositivo USB o en DVD o Blu-ray. También pueden almacenarse en la nube, a la que se puede acceder desde cualquier conexión a Internet. Sin embargo, la nube tiene una capacidad limitada y la seguridad de los archivos puede quedar en entredicho por sustracción de contraseñas o problemáticas que se encuentran fuera del alcance de un usuario medio.
En definitiva, distintas opciones para proteger, voluntaria u obligatoriamente, la información.
