Derecho al olvido: cerramos año y, si queremos, huella digital

Al cerrar el año, muchas personas hacen balance de lo vivido y se marcan nuevos propósitos. Sin embargo, hay algo que rara vez revisamos: nuestra huella digital. Noticias antiguas, perfiles olvidados o publicaciones que ya no nos representan siguen ahí, visibles para cualquiera. El derecho al olvido permite tomar el control de esa información.

Al cerrar el año, muchas personas hacen balance de lo vivido y se marcan nuevos propósitos. Sin embargo, hay algo que rara vez revisamos: nuestra huella digital. Noticias antiguas, perfiles olvidados o publicaciones que ya no nos representan siguen ahí, visibles para cualquiera. El derecho al olvido permite tomar el control de esa información.

En este artículo te explicamos qué es, cuándo puede solicitarse y cómo gestionarlo de forma sencilla y segura.

¿Qué es el derecho al olvido y por qué importa?

El derecho al olvido es una manifestación del derecho de supresión reconocido en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y se refiere, en particular, a la posibilidad de impedir la difusión de información personal a través de motores de búsqueda en internet cuando dicha información ha perdido relevancia con el paso del tiempo o carece de interés público actual.

Tal y como explica la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), este derecho no implica necesariamente la eliminación de la información de la fuente original, especialmente cuando la publicación sea legítima —por ejemplo, en boletines oficiales o informaciones amparadas por las libertades de expresión o de información—. Lo que permite es evitar que esa información resulte fácilmente accesible al realizar búsquedas por el nombre de la persona afectada, cuando se trate de datos obsoletos, no pertinentes o desproporcionados.

Un caso frecuente es el de informaciones publicadas hace años que, aun habiendo perdido relevancia, continúan apareciendo de forma destacada en los resultados de búsqueda al introducir el nombre de una persona. Situaciones ya superadas, como incidencias económicas o administrativas resueltas, pueden seguir siendo fácilmente accesibles en internet y afectar de manera innecesaria a la vida personal o profesional del interesado.

¿Cuándo se puede solicitar?

El derecho al olvido puede solicitarse en cualquier momento; sin embargo, su estimación no es automática. La normativa exige realizar una ponderación entre el derecho a la protección de datos y otros derechos fundamentales, en particular la libertad de expresión y de información. En la práctica, las solicitudes se analizan caso por caso y suelen prosperar cuando la información ha perdido relevancia con el paso del tiempo, cuando su difusión resulta desproporcionada en relación con la vida personal o profesional del interesado o cuando no existe un interés público actual que justifique que continúe siendo fácilmente accesible.

Esta valoración es especialmente relevante cuando se comparan situaciones distintas, como la difusión de una sanción de carácter menor ocurrida hace años frente a informaciones recientes relativas a personas con proyección pública o cargos en activo, en las que el interés informativo puede prevalecer.

Huella digital: mucho más que buscadores

Nuestra huella digital no se limita a los motores de búsqueda. Redes sociales, foros, blogs o antiguos perfiles profesionales también acumulan datos personales con el paso del tiempo. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) recomienda revisar periódicamente la información que compartimos y eliminar aquellas cuentas que ya no utilizamos, con el fin de reducir riesgos como la suplantación de identidad o el uso indebido de datos personales.

¿Cómo ejercer el derecho al olvido paso a paso?

El primer paso consiste en identificar el contenido que se desea retirar de los resultados de búsqueda. A continuación, debe solicitarse la desindexación directamente al buscador, que dispone de formularios específicos para este fin. INCIBE recoge información actualizada sobre los canales habilitados por los principales motores de búsqueda.

Si la respuesta no es satisfactoria, es posible presentar una reclamación ante la AEPD, que evaluará el caso concreto. En todo el proceso, resulta clave documentar adecuadamente la solicitud y justificar por qué la información ha dejado de ser relevante.

Cerrar el año también puede ser una oportunidad para cerrar etapas digitales. Revisar la huella digital y, cuando proceda, ejercer el derecho al olvido contribuye a proteger la privacidad y la reputación personal o profesional. Si no sabes por dónde empezar o quieres asegurarte de hacerlo correctamente, contar con asesoramiento especializado marca la diferencia.

 

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