Las filtraciones de datos personales son incidentes cada vez más comunes que pueden afectar tanto a empresas como a individuos. Estas brechas pueden producirse por ataques externos, accesos no autorizados por parte de empleados o incluso por errores humanos. De hecho, se estima que el 95% de las violaciones de seguridad se deben a errores humanos y malas prácticas de ciberseguridad.
Consecuencias de una filtración de datos personales
Los datos filtrados pueden ser utilizados por ciberdelincuentes para llevar a cabo fraudes, suplantaciones de identidad o actos de chantaje. Un ejemplo reciente que evidencia la gravedad de estos incidentes es el ciberataque al Hospital Clínic de Barcelona, en el cual los atacantes obtuvieron acceso a información sanitaria confidencial e intentaron extorsionar a las personas afectadas.
Para las empresas, las filtraciones de datos pueden tener consecuencias legales y económicas significativas:
- Sanciones económicas: Según el RGPD, las multas pueden alcanzar hasta 20 millones de euros o el 4 % de la facturación anual de la empresa, dependiendo de la gravedad de la infracción.
- Pérdida de confianza y reputación: La exposición de datos personales puede afectar la imagen de la empresa y reducir la fidelidad de clientes y socios comerciales.
- Posibles reclamaciones legales: Los afectados pueden ejercer su derecho a indemnización si se demuestra que la empresa no adoptó las medidas de seguridad adecuadas.
Cómo actuar ante una filtración de datos
El RGPD establece obligaciones claras para las organizaciones en caso de una violación de seguridad que afecte datos personales. La propia Agencia Española de Protección de Datos cuenta con una completa guía para ello.
- Notificación a la autoridad de control: La empresa debe informar a la autoridad competente, en este caso la AEPD, sin dilación indebida y, de ser posible, en un plazo máximo de 72 horas desde que tuvo conocimiento de la filtración. Si la notificación no se realiza dentro de este plazo, es necesario justificar la demora.
- Comunicación a los afectados: Si la filtración supone un alto riesgo para los derechos y libertades de las personas físicas, la organización debe comunicarlo a los afectados sin dilación indebida. Esta comunicación permite a los individuos tomar medidas para protegerse de posibles consecuencias adversas.
- Medidas de protección implementadas: La empresa debe detallar las medidas técnicas y organizativas adoptadas para abordar la filtración y mitigar sus posibles efectos negativos.
Medidas preventivas y estrategias de respuesta
Para reducir el riesgo de filtraciones de datos y garantizar una respuesta eficaz ante incidentes, las organizaciones deben implementar buenas prácticas en seguridad de la información:
- Refuerzo de las medidas de seguridad: Se recomienda aplicar el cifrado de datos, implementar doble factor de autenticación y utilizar técnicas de seudonimización para reducir la exposición de información sensible.
- Formación y concienciación: La capacitación continua del personal en protección de datos y ciberseguridad es esencial para prevenir errores humanos y detectar amenazas a tiempo.
- Planes de respuesta a incidentes: Las empresas deben contar con un protocolo de actuación claro, que defina los pasos a seguir en caso de filtración, la comunicación con la autoridad de control y las medidas de contención.
- Evaluaciones de impacto: Realizar análisis periódicos sobre la gestión de datos permite identificar riesgos y establecer estrategias para minimizarlos.
Conclusión
La protección de datos personales es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de empresas e individuos. Adoptar medidas preventivas y conocer las acciones a seguir en caso de una filtración es esencial para mitigar riesgos y cumplir con las normativas vigentes. La proactividad y la formación continua en la gestión de la seguridad de la información es fundamental para preservar la confianza y garantizar la integridad de los datos en el entorno digital actual.