Según los expertos, los ciberataques se han incrementado un 435 % en todo el mundo. Este porcentaje es demasiado alto si se atiende a lo que se pone en riesgo: datos y circunstancias personales, información privada y hasta secretos de empresa.
España se encuentra en el segundo puesto del Índice Global de Ciberseguridad en Europa. Tanto es así que la Unión Europea se ha fijado en el país para luchar contra este tipo de delincuencia. La legislación y las ayudas económicas que la UE está desplegando para el desarrollo tecnológico son muy importantes. Son los conocidos como los fondos Next Generation Eu y crearán unos cimientos robustos para un espacio virtual más justo.
¿Los ciberataques afectan a la protección de datos?
Los ciberataques son un asalto o intromisión en los dispositivos electrónicos de un particular, una empresa o una institución por parte de personas no autorizadas, es decir, de forma ilegal. El propósito de estas intromisiones puede ser diverso. Cuando se ataca el móvil de un particular puede ser por rencor o por celos. También para pedir dinero a cambio de los datos que le han robado, igual que ocurre cuando el asalto va dirigido a empresas. Otro fin puede ser inutilizar los aparatos, dañarlos o impedir la conexión a la red.
¿Por qué crece la inseguridad en el espacio virtual?
Algo que contribuye mucho es que ya no se vive solo en el entorno físico, sino también en un entorno digital. Cada vez más personas hacen uso de la banca online, se relacionan con la Administración Pública a través de internet, estudian y trabajan a distancia e, incluso, tejen relaciones personales utilizando redes y aplicaciones.
Esto le da el toque más negativo a un incidente de este tipo porque puede afectar a muchas esferas de tu vida: la personal, la laboral y la social.
Otro factor que influye en la proliferación de estos delitos es que una sola persona usa entre 4 y 5 dispositivos de media y, en la mayoría de los casos, estos están conectados entre sí. A más aparatos, mayor cantidad de datos tuyos habrá en el espacio virtual.
No hay que caer en el error de pensar que esto no tiene importancia. En ocasiones los delincuentes actúan bajo las órdenes de países, organizaciones criminales o empresas.
El ciberdelincuente contra el RGPD
En nuestro país se han sufrido varios de estos agravios a la protección de datos. Por ejemplo, el asalto al sistema informático del SEPE y al Ministerio de Trabajo.
Los ataques más comunes se ejecutan con ransomware y virus, softwares maliciosos que impiden el acceso al equipo y cifran los datos con la idea de que su propietario pague por recuperarlos. Otros métodos habituales son el uso de enlaces o aplicaciones engañosas y el phising.
El hecho de saturar y sobrecargar un sitio web para impedir u obstaculizar su uso también forma parte de su modus operandi.
Una posible solución a este problema pasa por ofrecer más formación sobre ciberseguridad, tanto a particulares como a empresas. Conocer los tipos de ataques que existen y sus consecuencias es vital.
Algo que también sería útil es denunciar. La gran mayoría de los ciberataques no se registran porque los perjudicados no informan de ellos y, si no se tienen noticias de que estos asaltos ocurren, nadie puede actuar contra ellos.
Y, por supuesto, es necesario un marco regulatorio eficaz que defienda el RGPD y en el que participen todas las partes, los proveedores, las páginas web y los dispositivos, pasando, obligatoriamente, por los propios usuarios.
Los ciberataques están a la orden del día, parecen inevitables y cualquiera puede ser víctima. Ir de la mano de una consultoría experta en protección de datos te ahorrará muchas preocupaciones y dolores de cabeza.
