La cultura del compliance está cada vez más presente dentro del ámbito empresarial como instrumento de cumplimiento normativo, tanto por los propios directivos y trabajadores de la misma, como por aquellos agentes que se encuentra vinculados.
En este sentido, entidades especializadas como Gesprodat dedicamos buena parte del esfuerzo diario a proporcionar un asesoramiento a usuarios en materias tan importantes como son los sistemas de gestión, el cumplimiento de la normativa en protección de datos de carácter personal y la consultoría en entornos digitales.
Introducción del sistema compliance en nuestro país
La llegada de esta figura a España se produjo como consecuencia de la aprobación de diversas normativas en algunos sectores importantes. Se originó con ello una conciencia en la mayoría de las empresas de que, si se realizan prácticas poco éticas o contrarias a la legalidad vigente, estas pueden acarrear una serie de consecuencias negativas.
Además, empieza a ponerse de manifiesto un movimiento globalizado a finales del siglo XX. Este pone su foco de atención en la relación de necesidad entre una cultura empresarial responsable y que se actúe bajo ciertas premisas en el cumplimiento normativo gracias a un sistema de compliance.
Factores que han influido en esta nueva cultura social empresarial
A modo de exposición, podrían resaltarse los siguientes factores:
– La posibilidad de ofrecer al exterior una imagen más sólida y de mayor competitividad de la empresa.
– Las expectativas de la propia sociedad sobre el papel que le corresponde desempeñar.
– La importancia de crear un capital social sólido por parte de todas las organizaciones.
– Comportamientos éticos de la empresa por encima de cualquier práctica abusiva.
La importancia del compliance
Al margen de lo que acabamos de mencionar, uno de los principales factores que han originado la implantación de un sistema compliance en las empresas ha sido la circunstancia de que las personas jurídicas pueden ser objeto de responsabilidad penal ante actuaciones ilícitas.
A partir de la reforma del Código Penal, en el año 2010, las personas jurídicas comienzan a ser sujetos de derecho con responsabilidad penal. De ahí que muchas de ellas empezaran a tomar conciencia real de la necesidad de establecer códigos de buenas prácticas sólidos, así como un manual de delito para el cumplimiento normativo (por ejemplo, en ámbitos tan sensibles como la protección de datos de carácter personal).
Esto puede llevarse a cabo coordinando una serie de actuaciones importantes como son las siguientes:
1.- Identificar los riesgos a los que puede enfrentarse la empresa.
2.- Implantar los mecanismos correctos una vez evaluados los riesgos de actuación.
3.- Supervisar los controles que se han implantado realizando auditorías de forma periódicas en el seno de la empresa.
4.- Dar el tratamiento efectivo una vez que se han detectado los problemas y cumplir con las obligaciones.
5.- Recibir el asesoramiento correcto de personas especializas para que las prácticas se lleven a cabo conforme a la normativa.
Por qué apostar por esta nueva cultura empresarial
Como puede desprenderse fácilmente, la imagen que proyecta hacia el exterior cualquier empresa va a marcar la hoja de camino para garantizar su competitividad dentro del cualquier sector, así como la supervivencia de la misma.
Por ello, cada vez se hace más importante que todas las entidades tomen una clara conciencia sobre sus prácticas y la forma en que estas son desarrolladas y cumplidas por todos los empleados. De esa forma, la empresa va a mejorar su reputación y la percepción general que se va a tener sobre la misma.
Por todo lo expuesto, el modelo compliance viene a reflejar el compromiso y espíritu sobre los que debe asentarse la empresa, determinando los aspectos de su actividad y marcando una línea clara en la actuación y comportamiento de sus miembros.