El reciente anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, referente a la paralización de la recolecta de datos privados sobre sus aliados por parte de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, supone una gran noticia para la protección de datos a nivel mundial.
Las continuas filtraciones que Edward Snowden ha estado proporcionando, y que habían puesto en tela de juicio las relaciones bilaterales de Estados Unidos con sus aliados, han acabado por hacer ceder al ejecutivo americano, que acaba de anunciar que las intromisiones cesarán.
En un anuncio ofrecido por el propio presidente estadounidense ha señalado que la NSA dejará de espiar a los aliados de su gobierno. Eso sí, el sistema de inteligencia gubernamental no podrá ser desmontado de la noche a la mañana, ha afirmado Obama a modo de aviso para los navegantes: al menos durante algún tiempo, las cosas seguirán por derroteros similares.
Similares, pero no idénticos. Y es que diversas instituciones habían alertado sobre la violación que suponía ese tipo de espionaje para la intimidad personal. Así por ejemplo, la LOPD desde Madrid se había mostrado muy crítica, al igual que numerosos especialistas en protección de la intimidad y alguna agencia de protección de datos.
Lo cierto es que este anuncio no puede hacer olvidar el anterior espionaje, que debería servir para corroborar las debilidades que presenta la Red para proteger sus datos personales. Cuidar de ellos es un deber que todo el mundo tiene que asumir.