Las conexiones europeas en las filtraciones de datos.

La ciudad de Berlín se convierte en el nicho ideal para albergar movimientos de fuga de datos personales a nivel mundial.

 El estudio sistemático de los recientes casos de fugas en la protección de datos de algunos países y agencias de inteligencia (como los planteados por Wikileaks, o los espionajes de la Agencia estadounidense de seguridad), arrojan varios aspectos comunes de gran interés que parecen marcar una serie de tendencias en este campo. Y una de esas nos lleva directamente a la ciudad de Berlín.

Efectivamente, la mayoría de esos filtradores de información trabajan desde la capital alemana, o tienen fuertes vínculos con dicha ciudad. Una coincidencia que, lejos de serlo, parece arrojar varias pistas sobre el por qué de dicha situación.

Lo cierto es que la explicación a este hecho no puede ser, en modo alguno, unívoca, y por el contrario posee varios aspectos a tener en cuenta. De un lado no se puede obviar que la asociación de hackers más importantes a nivel europeo (junto con, entre otras, la asociación española Hacks & hackers, con sede en Madrid) y una de las principales del mundo Club Caos Computer , es alemana, y aunque no está demostrada su connivencia con, por ejemplo, Wikileaks, sí que resulta bastante probable la misma. Berlín es, igualmente, el lugar de residencia de algunos de los periodistas que ayudaron a Edward Snowden a destapar y difundir el entramado de espionaje organizado que tenían los Estados Unidos. Por último, el llamado “Partido Pirata”, una organización política que tiene entre sus principios fundacionales la búsqueda de una completa libertad en la Red, así como la supresión de las barreras tecnológicas de acceso a la información, tiene un cierto calado en la ciudad berlinesa, aunque su apoyo parece haber pasado por tiempos mejores.

La reunión de dichos factores, al parecer, no ha pasado desapercibida para el gobierno alemán, que mira con preocupación esta tendencia. La legislación germana, como confirmará cualquier agencia de protección de datos, es una de las más estrictas en materia de protección de datos, por lo que esta aparente contradicción parece preocupar especialmente en la Cancillería. Una situación que, previsiblemente, tendrá nuevos episodios en un futuro cercano, y que habrá que seguir muy de cerca.

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