El colapso de la Agencia Española de Protección de Datos ante el aumento de denuncias

Aumento de actividad y recortes se unen en la Agencia Española de Protección de Datos, llevándola a una situación de colapso en la práctica.

La preocupación por la protección de datos, especialmente en todas aquellas materias relacionadas con la red, se ha visto incrementada de forma muy notable durante los últimos años. Y esta noticia, que tiene un componente positivo, encierra igualmente un reverso oscuro al suponer, de facto, el casi colapso de la Agencia Española de Protección de Datos, la entidad estatal encargada de velar por el correcto uso de estas informaciones íntimas.

Lo peor de todo es que esa sobreabundancia de procesos ha hecho que los métodos de la Agencia Española de Protección de Datos comiencen a ponerse en tela de juicio. Y es que en el presente año se han multiplicado los recursos ante resoluciones de la citada Agencia, poniendo a las claras el descenso en la calidad de las mismas, así como una postura doctrinal interna que en ocasiones puede llegar a ser errática.

En los primeros cinco meses de este año la Agencia ha debido examinar recursos de más de 200 ciudadanos y corporaciones que estaban en desacuerdo con sus resoluciones, admitiendo sus errores tan sólo en el diez por ciento de esos casos, un porcentaje muy inferior a la media de otros años. Este porcentaje aumenta cuando el encargado de resolver sobre estas dicotomías no es la propia Agencia, sino los tribunales de justicia.

Efectivamente, en los cuatro primeros meses de 2013 la Audiencia Nacional ha fallado sobre 93 casos, trasladados por afectados, letrados y alguna consultora de protección de datos. En esos casos la Audiencia Nacional estimó la culpa de la Agencia Española de Protección de Datos en más de treinta, casi un tercio del total, y un porcentaje muy superior al de los recursos internos presentados antes.

Sin duda elementos como la proliferación de denuncias y la falta de recursos disculpan en parte el comportamiento de la Agencia Española de Protección de Datos. Pero ello no debería obstar para ir componiendo un corpus doctrinal de calidad que pudiera ser seguido y adoptado igualmente en el futuro, máxime en estos momentos en los que los continuos cambios legislativos van componiendo una senda definida en ese aspecto.

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