Actuar contra la morosidad, pero sin violar la protección de la intimidad

6302017268_46863f0d20El nuevo registro de morosos que prevé la recientemente aprobada reforma del mercado de alquiler podría contravenir las obligaciones en materia de protección de datos personales.

 Si existe un tema que ha sido objeto de agrio debate en España durante los últimos años, ese ha sido el relativo a las actividades inmobiliarias, tanto en materia de arrendamientos como, sobre todo, en ventas. Las críticas a una normativa obsoleta, que data del siglo XIX, se han dejado escuchar por todo el país, protestando de forma muy especial contra los desahucios hipotecarios.

Ahora una nueva normativa en materia de alquileres, aprobada muy recientemente, viene a sumarse a todas las fuentes que ya existían con anterioridad. Y lo hace, además, cargando ya desde el principio con una gran polémica. Y es que, según ha denunciado la asociación de consumidores Facua esta nueva normativa podría estar vulnerando la protección de datos personales.

La principal crítica se centra en la aparición de un listado de morosos, previsto en la norma, que podría atentar contra la intimidad de las personas. La idea es crear un listado con aquellas personas que tuvieron problemas de morosidad en arrendamientos en el pasado, con el fin de prevenir a los futuros caseros contra ellos. Algo que, según apuntan desde Facua y alguna consultoría de protección de datos, resulta ser ilegal, por cuanto ese tipo de datos sólo pueden publicarse con el efectivo permiso de su titular. Igualmente, es necesario que esos datos se correspondan con la situación económica del particular a la hora de efectuar el segundo arrendamiento, con el fin de no hacerle arrastrar intereses de confianza devengados del pasado.

Además, añadían desde la asociación, este listado se suma a una más que desproporcionada existencia de diferentes mecanismos que los arrendadores poseen para garantizar el cumplimiento de sus contratos, así como para conocer de forma previa la posibilidad de dicho cumplimiento. Se debería exigir, concluyen, la elaboración igualmente de un listado con el nombre de arrendadores y caseros que no cumplan con lo estipulado previamente, para equilibrar una balanza que siempre parece estar en contra del arrendador.

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