La obtención de la certificación de gestión de compliance adquirió una relevante importancia en las empresas a partir del año 2010, fecha en la cual se incorporó por primera vez en nuestro Código Penal, por imperativo de la normativa europea, la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Esta importancia se intensificó tras la reforma de 2015 del citado texto legal, que vino a precisar los requisitos y presupuestos para la exigencia de responsabilidad. En este artículo encontrarás toda la información que necesitas.
¿Qué es la certificación de gestión de compliance?
El compliance puede definirse como aquel sistema o modelo en virtud del cual se crean e implementan en una sociedad o entidad mecanismos de autorregulación con un fin de cumplimiento normativo (sectorial, nacional e internacional), operativo y reputacional.
A través de la certificación de este sistema de cumplimiento, las empresas podrán evidenciar no solo la diligencia debida exigida en la prevención de ilícitos penales, sino también la existencia de una cultura ética que caracteriza su funcionamiento y sus relaciones con el exterior.
Implicaciones éticas del compliance
La cultura empresarial responsable o responsabilidad social corporativa no solamente tiene implicaciones en el propio sistema de gestión de la sociedad y el cumplimiento normativo, sino que sus efectos inciden en la comunidad; de ahí que sea esencial que las personas jurídicas realicen comportamientos éticos en sus acciones. Dicha conducta no solo tendrá efectos favorecedores respecto a los sujetos impactados, sino que redundará en una mejor imagen corporativa y, por consiguiente, en una mejora de su posición competitiva en el sector.
En efecto, uno de los retos que las entidades y organizaciones han asumido es no ser únicamente respetuosas con la normativa vigente, sino también potenciar el cuidado del medio ambiente, mejorar el ambiente laboral, estar comprometidas con sus empleados y crear bienestar social.
En definitiva, se trata de que tu organización asuma como propios los valores morales, los cuales se reflejarán en cada una de sus actuaciones con los diversos sujetos con los que se relacione: trabajadores, proveedores, clientes y consumidores, entre otros.
¿Cómo pueden conseguirla las empresas?
La implementación de un modelo de gestión de compliance permitirá que un tercero experto, ajeno e independiente certifique que las medidas de gestión creadas y adoptadas en la sociedad reúnen los requisitos legales exigibles.
El proceso de certificación normalmente conlleva diversas fases, cuyo inicio se halla en la correspondiente solicitud del interesado.
Tras la petición, se realiza una auditoría, en la que la situación de la empresa en sus diversas facetas será evaluada por profesionales en la materia y tras la cual estos emitirán un informe.
Este informe podrá ser satisfactorio, en cuyo caso se evidenciaría que el sistema empleando por la entidad ofrece todas las garantías exigibles o, por el contrario, contendrán una propuesta de medidas correctivas, cuya implantación pretenderá adecuar el sistema integral de la sociedad a las exigencias requeridas.
En cuanto las acciones correctivas propuestas sean eficazmente implantadas y se valore positivamente su aplicación por los expertos auditores, estimando que se cumplen los estándares exigidos, se emitirá la certificación de gestión de compliance. Emitida la certificación, es preciso realizar el consiguiente seguimiento con el propósito de que el nivel de garantía certificado persista en la empresa y pueda ser objeto, tras el transcurso de los años, de renovación.
Como has podido ver, la certificación de gestión de compliance por un tercero experto te ofrece la seguridad en la prevención y eliminación de potenciales riesgos en tu empresa, contribuyendo a la creación de un posicionamiento corporativo ético y responsable, lo cual te proporciona un elevado nivel de confianza en todos aquellos grupos de interés que interactúen con tu organización.