Las carreras populares son ya prácticamente una tradición, raro es el fin de semana que no se está celebrando alguna. Los corredores incluso tienen su listado particular de carreras favoritas, las más duras, las más divertidas… Pero si hay un elemento omnipresente ese es el chip en las carreras. Por eso es importante saber más sobre su funcionamiento y sobre la protección de datos recogidos con este sistema.
¿Cómo funciona un chip en una carrera?
En las carreras populares participan miles de personas entre profesionales y aficionados. Controlar el tiempo de cada uno de esos participantes sería imposible si no existiera un sistema automatizado.
Es cierto que hay un cronómetro en el punto de salida y llegada, pero la aglomeración de gente es tal que no es raro que un corredor pase por el arco de salida cuatro o cinco minutos después de haber empezado la carrera.
La mejor manera de medir los tiempos de cada participante es mediante el uso del chip para carreras de atletismo.
El dispositivo se activa cuando el corredor pasa por el arco de salida y se desactiva cuando llega a la meta. De esta forma, se puede conocer el tiempo exacto que ha tardado en recorrer la distancia de la carrera.
La tecnología usada puede ir variando, aunque el sistema de radiofrecuencia RFID es el más habitual. De hecho, el avance de la tecnología ha permitido que hoy en día estos dispositivos sean más pequeños y ligeros, hasta el punto en que ya son de usar y tirar.
¿El chip obtiene información del corredor?
Cualquier participante en una carrera popular puede consultar sus datos de clasificación al día siguiente de haber participado en la misma. Gestionar tantos datos de forma tan rápida es algo que solo es posible gracias al chip en las carreras.
El dispositivo tiene un único dato de información: el número de dorsal al que está vinculado. Lo que hace es enviar a la antena receptora, que se encuentra en la alfombra de llegada, la información de que ese dorsal ha pasado por ella.
Incluso en las carreras populares siempre hay personas que sucumben a la tentación de hacer trampas. Por eso, en algunas de ellas se han establecido más puntos de control a lo largo del recorrido. Se trata así de asegurar que el corredor ha completado el recorrido totalmente y no ha cogido ningún atajo.
La información que se transmite es la hora concreta de paso y se guarda la misma para poder elaborar luego la clasificación general.
Es un sistema sencillo y práctico, y no tan invasivo como los microchips que ya usan algunas empresas.
¿Dónde se debe colocar?
Colocarse el chip en las zapatillas es algo bastante habitual cuando se trata de un dispositivo que hay que devolver al terminar la carrera. Pero tiene el inconveniente de que muchas veces se mueve o se puede llegar a soltar. Causando molestias al corredor o incluso dando un mal rendimiento.
Lo más habitual en los últimos años es colocar el chip en los dorsales. Suele ir pegado detrás del dorsal, de forma que no causa ninguna molestia al corredor. En estos casos suele ser un dispositivo de usar y tirar.
¿Cómo se gestionan los datos que recoge un chip para carreras de atletismo?
Cada vez que una persona se apunta a una carrera de atletismo debe dar sus datos personales, generalmente el nombre completo, edad, sexo y DNI. Una vez que se ha realizado la inscripción se adjudica un dorsal a cada corredor y luego se registra cada dorsal en su correspondiente chip.
Las empresas gestoras de estos chips tienen su política de protección de datos en sus páginas web, para que todos los interesados puedan estar al tanto de cómo se van a gestionar los datos.
Es importante tener en cuenta que en estos casos la cesión de datos personales es obligatoria. Si el corredor no quiere ceder sus datos no podrá participar en la carrera. Esto se debe a que los organizadores deben conocer la identidad de los participantes por motivos de seguridad, y también a que se debe contratar un seguro para cubrir posibles daños que sufran los atletas.
Los gestores de chips guardan los datos de las personas inscritas en las carreras durante el tiempo indispensable para prestar el servicio. No pudiendo usarse los datos cedidos para finalidades que no tengan que ver con la carrera.
Además, los participantes consienten que se publique su nombre y sus tiempos de carrera en el ranking general.
Como es habitual siempre que se trata de protección de datos personales, los titulares de los mismos tienen derecho de acceso, rectificación y cancelación.
En definitiva, el chip en las carreras se ha convertido en un elemento indispensable para que los organizadores y los participantes puedan tener certeza sobre sus resultados. Por eso, el dispositivo en sí mismo no recoge más información que la relativa al paso por los puntos de control.