Según datos del Observatorio Cetelem sobre eCommerce, el gasto realizado por los españoles en compras online este 2017 ha sido un 38% superior al año pasado. Esta tendencia al alza deja al descubierto el auge de este tipo de transacciones.
Los ciberdelincuentes son conscientes de esta popularidad y, por ello, cada vez desarrollan métodos más inteligentes con el objetivo de engañar al usuario, ya sea mediante el robo de datos personales que luego venden, o bien creando páginas falsas donde los productos nunca llegan o no son los correctos.
La LOPD
Sin embargo, existe una serie de verificaciones sencillas que puede hacer el internauta para asegurarse de que compra en una web de confianza. Por ejemplo, si la empresa es española, esta tiene que cumplir con la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal) y estar inscrita en los ficheros de la AEPD, que es de dominio público.
Asimismo, en la web tiene que tener, de forma visible, la siguiente información: datos físicos y legales de la empresa, domicilio fiscal, condiciones de ventas y devoluciones, textos legales, etc.
La LSSICE
Esta información, correspondiente a la compañía responsable de la plataforma de ecommerce, se encuadra dentro de la LSSICE, acompañada del correspondiente Aviso Legal, cuyo cumplimiento obliga a la empresa a una serie de requisitos de transparencia para con sus clientes.
Otros aspectos de seguridad y protección de datos
El aspecto visual de la tienda de ecommerce puede ser el primer elemento que haga sospechar si se está o no en un sitio fraudulento. Normalmente, un site serio y de confianza va a cuidar mucho el aspecto de su web, con un tipo de letra definido y homogéneo y un color corporativo en los diferentes elementos de diseño de la página.
Todo lo que visualmente no tenga coherencia debería ser, cuanto menos, sospechoso, ya que los cibercriminales no van a dedicar tanto tiempo a cuidar la estética de su site falso.
Un aspecto muy importante en el que recalar al hacer compras online es en el momento de introducir los datos de la tarjeta bancaria. Existen detalles que merece la pena analizar antes de finalizar la compra. Uno de ellos es que, en la barra del navegador, la url empiece por HTTPS, esto significa que está cifrada y los datos están seguros.
Cada vez con más frecuencia, las empresas cuya actividad esté relacionada con el comercio online optan por poner un sello de confianza. Se trata de un distintivo que ofrece al consumidor garantías de que las transacciones comerciales que haga ahí serán realizadas con transparencia y seguridad.
En conclusión, todo indica que las compras online van a seguir su tendencia alcista gracias al auge de la banda ancha, los dispositivos móviles y unas empresas que se han dado cuenta de que Internet es, ahora mismo, el principal escaparate para sus productos. Sin embargo, los cibercriminales también quieren sacar provecho de este momento. Actuando con precaución y revisando los elementos descritos, el usuario debería poder realizar sus operaciones con la tranquilidad de que sus datos están protegidos y el producto que desea llegará sin incidentes a su destino.
