La formación del Delegado de Protección de Datos (DPO) debe comprenderse a partir de las funciones que esta figura ha de desempeñar: prestar asesoramiento a los responsables de tratar datos en cada empresa y también a los trabajadores respecto a sus obligaciones en el tratamiento de la información; ocuparse de la supervisión de los trabajos que conllevan tratamientos de datos personales; formar al personal de contratación; analizar el impacto de las distintas situaciones y estar en permanente cooperación con la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos).
La LOPD y la LSSICE son dos normas especialmente importantes cuando se deben tratar temas relacionados con la protección de datos.
Un nuevo marco normativo
Pero a eso hay que añadir una nueva norma, de gran repercusión. Es precisamente la que introduce la figura del Delegado de Protección de Datos. Será de aplicación obligatoria en toda la Unión Europea a partir del 25 de mayo de 2018. Y en los meses previos es bastante recomendable.
¿Qué tipo de perfil debe tener el delegado?
El artículo 37 fija que el Delegado ejerce según su capacidad en el ámbito del Derecho y la protección de información personal. Poseer la titulación en Derecho es seguramente muy útil y hasta necesario, pero no es formalmente obligatorio. Al menos de momento.
La propia AEPD afirma que el Reglamento no concreta respecto al modo de acreditar la capacidad de ser Delegado de Protección de Datos.
Certificación en Derecho de las Nuevas Tecnologías
No se ha establecido una certificación particular porque ya existen muchas opciones para demostrar las cualificaciones en protección de datos.
La Agencia Española de Protección de Datos no descarta impulsar procedimientos para acreditar. Se haría por supuesto por los cauces oficiales estipulados. Pero incluso en ese caso, la certificación no tendrá índole excluyente, sino que sería compatible con los demás sistemas de acreditación disponibles. Y se podría optar al puesto de Delegado de Protección de Datos igualmente.
Ya hay universidades y otros centros que imparten cursos especializados en esta nueva profesión, en la que la formación en informática es también un requisito ineludible. Los candidatos deben contar con conocimientos en nuevas tecnologías.
Sobre las opciones laborales
La IAPP o Asociación Internacional de Profesionales de la Privacidad ha estimado que desde el año 2018 los países integrantes de la Unión Europea van a precisar aproximadamente 75.000 puestos de trabajo como Delegados en la Protección de Datos. El Reglamento europeo deposita grandes responsabilidades e importancia en el Delegado de Protección de Datos. Por otro lado, puede observarse esta centralidad en las fuertes multas que se establecen, debido al incumplimiento de las exigencias que se derivan de la protección de la información.
Las cifras aproximadas de salario no han sido fijadas por el nuevo Reglamento, ni por las directrices que lo interpretan, pero es correcto asumir que es una profesión con alta retribución.
La formación del Delegado de Protección de Datos es un asunto que está cobrando relevancia en el ámbito de la consultoría en protección de datos y en el Derecho de las Nuevas Tecnologías.