Inteligencia artificial y principio de transparencia

La inteligencia artificial es un sector en auge como conoce cualquier consultoría de protección de datos, y ya no son visionarios sino entendidos economistas los que ponen el acento en la robótica inteligente como el gran acelerador del desarrollo al medio plazo.

Legislar la inteligencia artificial

Toda consultoría de protección de datos de calidad sabe que los nuevos sectores económicos surgen al calor de novedades y crecen hasta que se hace necesario legislar sobre ellos para poner los límites y marcar los cauces de un desarrollo lógico y coherente. Eso es lo que ocurre con la inteligencia artificial, que demanda del Derecho de las Nuevas Tecnologías un estudio y labor legislativa.

Y en ese terreno han iniciado su labor los técnicos de la Unión Europea. Ya se ha aprobado en el Parlamento europeo una norma para que se estudien las medidas a realizar para legislar la robótica.

Áreas que debe tratar el Derecho de las nuevas tecnologías

Varias son las áreas en las que debe centrarse el Derecho de las Nuevas Tecnologías para encauzar legalmente el desarrollo de la robótica y la inteligencia artificial:

– Una de las más apremiantes, y a la vez la más controvertida, es la creación de un estatus legal para los robots. Los expertos aún no se ponen de acuerdo, pero parece evidente que si un invento humano es capaz de desarrollar tareas de forma autónoma, moverse, hablar y realizar todo tipo de labores sin supervisión, debe tener un catálogo de deberes, pero también de derechos. Los términos varían para definir este estatus nuevo, pero el más adecuado parece ser el de «persona electrónica».

– Y como toda persona, los robots más inteligentes, al realizar labores que sustituyen la mano de obra humana, tendrían que pagar impuestos y cotizaciones sociales. En cuanto al derecho a vacaciones, parece todavía un tema demasiado complejo, aunque llegará el momento en que se ponga encima de la mesa este problema, que requiere hacerse la pregunta de si los robots se cansan como las personas de carne y hueso.

– En lo que toca a la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSICE), las reformas legales irán encaminadas a certificar el uso que se dará a los datos captados, manejados y difundidos por estos robots inteligentes. Coches autónomos que registran los nombres de calles, matrículas, locales comerciales o redes de Internet de una ciudad viajan en un vacío legal respecto a la información que obtienen y la privacidad de la ciudadanía.

– El principio de transparencia, inherente a todo sistema legal avanzado, es otra de las dinámicas sujetas a estudio. Es necesario que se legisle sobre la capacidad autónoma de recabar datos, la aptitud de adaptación al entorno de estas máquinas y, en definitiva, conocer cómo y por qué actúa esta inteligencia artificial para que su labor sea supervisada y aprobada según la norma.

Desde una consultoría de protección de datos eficiente deben analizarse estos temas, puesto que el desarrollo de la economía digital lleva aparejado el crecimiento del sector de la inteligencia artificial.

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