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Consultoría en protección datos: Google deja de leer correos

La consultoría en protección de datos tiene como objetivo asesorar a particulares y empresas sobre sus derechos y obligaciones en esa área, que fue regulada por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal.

Como algunas cuestiones quedaron sin regular, la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico , completó los casos en que las empresas estaban obligadas a contar con el consentimiento del cliente, distinguiendo los diferentes soportes telemáticos.

Aun así, se han mantenido zonas ambiguas por parte de los proveedores de servicios en internet que, hasta la fecha, no han sido objeto de una regulación explícita por el Derecho de Nuevas Tecnologías. De ahí que muchas empresas realicen prácticas en el límite, puesto que la economía suele ir por delante de la legislación.

El caso del gigante Google es paradigmático y, aunque ha recibido sanciones por abusar de su posición de dominio en el sector de los servicios en internet, el uso de la información de Gmail está en un limbo legal. No es una cuestión baladí, habida cuenta que la empresa cuenta con 1.200 millones de clientes con cuenta de correo.

Los clientes que se registraban en una cuenta de correo gratuita se exponían a que Google leyese el contenido de sus correos electrónicos con objetivos publicitarios. Exactamente, lo que hacía la empresa era buscar palabras clave repetidas para enviar esa información a sus servidores en la nube y, una vez que estos la procesasen, ofrecer anuncios de temáticas relacionadas con las preferencias del usuario.

Hay que indicar que las personas que contrataban una cuenta de pago no eran objeto de estas prácticas. Ahora bien, la incertidumbre que genera este método le estaba pasando factura a Google, puesto que había potenciales clientes que se preocupaban por su privacidad y que, ante la duda, optaban por servicios de la competencia.

Hay que recordar que los clientes que se dan de alta en Gmail tienen que aceptar unas condiciones de uso en las que se reconoce a Google la posibilidad de almacenar y utilizar datos, por lo que existe un consentimiento expreso. Esta es la principal condición que exige la LSSICE, y en el caso del gigante norteamericano se cumple, habida cuenta de que la aceptación de las condiciones de uso es previa a la apertura de la cuenta.

De hecho, y aunque Gmail va a dejar de escanear los correos, va a poder seguir obteniendo información del cliente para ofrecerle servicios. A partir de ahora, lo hará mediante datos personales que el mismo usuario cede voluntariamente en otras plataformas propiedad de la empresa, como el buscador, Youtube o aplicaciones. Por lo tanto, y a efectos prácticos, no va a haber grandes diferencias con respecto a lo que ya venía sucediendo.

Una consultoría en protección de datos puede ayudar, en estos casos, para que un cliente, profesional o particular, sepa exactamente a qué se expone cuando cede sus datos a un proveedor de servicios de la información y que pueda valorar con una información real si le interesa.

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