El avance de las nuevas tecnologías ha revolucionado y revoluciona cada día todos los ámbitos de la vida cotidiana. Tanto es así que el Derecho de las Nuevas Tecnologías ha tenido que actualizarse para abarcar una serie de nuevos soportes como posibles pruebas en un juicio.
Emails como prueba en un juicio
Los emails son, hoy en día, aceptados como prueba en los juicios. La Ley de Jurisdicción Social expone en su artículo 90.1 lo siguiente:
Las partes, previa justificación de la utilidad y pertenencia de las diligencias propuestas, podrán servirse de cuantos medios de prueba se encuentren regulados en la Ley para acreditar los hechos controvertidos o necesitados de prueba, incluidos los procedimientos de reproducción de la palabra, de la imagen y del sonido o de archivo y reproducción de datos, que deberán ser aportados por medio de soporte adecuado y poniendo a disposición del órgano jurisdiccional los medios necesarios para su reproducción y posterior constancia en autos.
Por tanto, se entiende que mientras el email o correo electrónico se presente en el formato requerido podrá ser perfectamente válido como prueba en un juicio.
De hecho, recientemente se ha podido ver en el proceso judicial donde los emails han sido una prueba fundamental a la hora de esclarecer los hechos acaecidos. No obstante, el uso de este tipo de recursos en un juicio puede entrar en conflicto con la LOPD y la LSSICE.
Los emails y la LOPD
Este conflicto no ocurre únicamente con los correos electrónicos, sino con cualquier tipo de recurso electrónico que quiera usarse como prueba en un juicio. Normalmente, este tipo de archivos digitales tienen información de carácter personal. Por ello, podrían ser susceptibles de estar protegidos por la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales.
Sin embargo, en este tipo de pruebas pueden existir datos que pueden ayudar en la investigación que se lleva a cabo durante el proceso judicial. Y, en este caso, primará siempre la realización de la investigación judicial.
Requisitos para la validez del email en un juicio
En un principio, el correo electrónico se tomará como una prueba válida a todos los efectos. En caso de que se denuncie su falsedad, se investigará para saber si realmente es falso o no. Además, para usarlo como prueba, la otra parte deberá tener conocimiento o dar el consentimiento para que se use como tal.
En caso de que exista una cláusula de privacidad, no tendría por qué haber problemas, ya que la ley de tutela judicial ampara esta cláusula. Quedando así totalmente prohibida su difusión pública, pero pudiendo usarse en el proceso jurídico.
No obstante, debido a la controversia que generan las pruebas presentadas en nuevos soportes, en muchas ocasiones se puede dar el caso de que la prueba digital se impugne por entrar en conflicto con la LOPD.
Por ello, lo más recomendable en estos casos suele ser ponerse en manos de profesionales de una consultoría de protección de datos que asesore debidamente en cuanto a la validez o no del correo electrónico.
