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El Big Data frente a la LOPD

El Big Data es una tendencia tecnológica que ha cambiado, y seguirá cambiando, las estrategias de toma de decisiones dentro de las empresas y en instituciones de todo tipo. Aunque no hay una definición absoluta del concepto, podemos decir que el Big Data hace referencia a la captación, análisis y procesamiento de la ingente cantidad de datos que se generan diariamente en el mundo y no pueden ser tratados con los métodos y herramientas tradicionales.

El término se acuñó a finales de los años 90, cuando Michael Cox y David Ellsworth, investigadores de la NASA, lo emplearon en un artículo en el que concluían que «el acelerado ritmo de crecimiento de los datos empezaba a considerarse un problema para los sistemas informáticos«. Lo que entonces fue considerado el “problema del Big Data”, hoy es una tendencia imparable que decidirá la evolución de la economía en poco tiempo.

Cada día se producen en el mundo millones y millones de datos que quedan registrados en diferentes soportes. Cuando se hace una gestión de banca, en la reserva de un billete de avión, cuando se compra algo por Amazon o cuando se efectúa un registro en cualquier página web se generan una serie de datos que quedan registrados. Lo mismo ocurre al enviar un correo electrónico o colgar algo en alguna red social, o simplemente cuando se activa el GPS del móvil. Todo queda registrado. Con cada acción realizada se deja un rastro, una huella, que puede ser seguida y analizada. 

Lo mismo ocurre cuando las Administraciones públicas tratan con los datos de los ciudadanos, como sucede en la gestión de los impuestos o en cualquier actuación jurídica, legal o fiscal que estas Administraciones hagan con los ciudadanos.

Las nuevas herramientas de tratamiento y gestión de datos que se utilizan para trabajar con el Big Data pueden dejar al ciudadano indefenso ante una amenaza real: la pérdida de la privacidad. Desde antes incluso de nacer ya se generan datos de las personas, pero lo que no se ha definido claramente es qué uso puede hacerse de esos datos, quién puede utilizarlos y para qué y cómo podemos protegernos de posibles abusos en contra de nuestra privacidad.

En España, la legislación que trata de protegernos de estos abusos la componen la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, LOPD, y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, LSSICE.

Recientemente, la Agencia Española de Protección de Datos ha publicado dos interesantes documentos en los que se explican las obligaciones de las Administraciones públicas en materia de protección de datos. El primero explica cómo afecta el Reglamento General de Protección de Datos a la actividad de las Administraciones públicas. Y en el segundo se habla de la nueva figura del delegado de protección de datos en estas Administraciones.

El Big Data ha venido para quedarse, y el Derecho sobre nuevas tecnologías, el mundo de la consultoría de protección de datos y todos aquellos profesionales que trabajan en este campo deberán prepararse para proteger los derechos de los ciudadanos ante las amenazas reales contra la privacidad.

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