Regulación de la confidencialidad en la Red: aplicación de la LOPD

Internet y todos los servicios que ofrece se han convertido en unos factores imprescindibles. Pero existe una gran inseguridad sobre los datos aportados a la Red. En este sentido, las redes sociales, las transacciones online y la búsqueda de información suponen unas incertidumbres constantes. Cada vez son más los profesionales que acuden a una consultoría de protección de datos, ya que garantizar la confidencialidad de su empresa es fundamental y no saben cómo controlar ese flujo constante de información.

La principal función del Derecho de las Nuevas Tecnologías es, precisamente, dar respuesta a todas las incógnitas que surgen respecto al tráfico por la Red. Internet es una plataforma relativamente nueva de intercambio de información que requiere respuestas específicas. Por ello, la LOPDLSSICE se encargan de regular tanto la protección de esa información como los derechos y obligaciones que se establecen.

No obstante, tan importante como blindar la información es eliminar cualquier rastro que la actividad deje en la Red. Como punto de partida, un dispositivo ofrece la opción de utilizar la navegación privada. Por defecto, cada paso que se da en Internet queda almacenado en el ordenador o dispositivo utilizado. Con esta opción de navegación privada se puede evitar que otras personas puedan ver las páginas visitadas, las compras realizadas, la publicidad que resulta de interés, etc. Asimismo, es importante revisar la configuración de la privacidad y adaptarla a la opción que más convenga. También hay que elegir plugins y complementos de confianza, instalar un verificador de páginas web y eliminar las cookies, que almacenan información de los sitios web visitados.

En este sentido, puede ser útil recurrir a un gestor de contraseñas, lo que evitará que las propias páginas web funcionen como tales. Con esta opción, el propio gestor de contraseñas las genera aleatoriamente de forma segura. El usuario debe recordar la clave maestra y todas las demás se establecen de forma automática. Algunas de las mejores opciones serían Lastpass, 1Password y KeePass.

Otro factor a tener en cuenta, en cuanto a seguridad, es el almacenamiento en la nube. En primer lugar, es importante que el acceso a ella se realice a través de HTTPS. También es importante cifrar aquellos datos más confidenciales antes de almacenarlos en la nube. Por último, hacer copias de seguridad en otros soportes y realizar una configuración adecuada puede evitar muchos problemas.

El derecho al silencio, como se ha denominado este renacer de la confidencialidad en Internet, encuentra su principal paradigma en los proveedores de Internet. La mayor inseguridad surge cuando el propio proveedor que suministra la conexión a Internet puede rastrear la navegación. Para terminar con este problema, surgen las VPN (Virtual Private Network, Red Privada Virtual), que permiten crear una red local sin la necesidad de que los componentes estén unidos físicamente entre sí, sino a través de la propia Red. Así se consigue una información completamente cifrada.

En resumen, las posibilidades que ofrece Internet son ilimitadas. Sin embargo, también supone una exposición total y absoluta de toda la información compartida y es necesario protegerla.

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