La llegada de los smartphones supuso toda una revolución en el modo de usar Internet. Estos dispositivos permiten la comunicación de una forma sencilla, pero también están provocando problemas en materia de Derecho de nuevas tecnologías.
En la actualidad, los usuarios son cada vez más conscientes de la importancia que tiene proteger sus datos personales y no dejar que ciertas aplicaciones puedan acceder a ellos de forma arbitraria. Uno de los últimos ejemplos es el de la actualización de WhatsApp que implica la comunicación de datos con Facebook, una cuestión que podría vulnerar lo dispuesto en la LOPD y que ya ha suscitado una investigación por parte de la Agencia Española de Protección de Datos.
El acceso de algunas aplicaciones a ciertos datos personales de los usuarios está aumentando el número de reclamaciones y dudas que llegan a los especialistas en consultoría de protección de datos.
Como usuario, la primera medida que debe tomarse es asegurarse de que las aplicaciones que se descargan en el móvil son seguras.
Aunque existen tiendas no oficiales de aplicaciones, lo mejor en estos casos es hacer siempre las descargas de apps desde tiendas oficiales como la Google Play Store o la App Store. Es cierto que en alguna ocasión se han detectado casos de aplicaciones fraudulentas o con malware en estos lugares, pero usando tiendas oficiales de apps se reduce de forma notable el riesgo de descargar una aplicación que pueda poner la seguridad de los datos personales en peligro.
Una vez en la tienda oficial, antes de hacer la descarga hay que verificar algunos parámetros para asegurarse lo máximo posible de que la aplicación cumple con lo dispuesto en la LSSICE y en la LOPD. Lo primero que hay que revisar es si la app ha sido creada por el desarrollador oficial.
Las valoraciones de los usuarios también son importantes. Cuantas más valoraciones haya, mejor, así se puede tener más información sobre lo que ofrece realmente la app. Si hay muchas valoraciones negativas o hay pocas valoraciones en general y todas son muy positivas, esto es motivo suficiente como para desconfiar.
Con los comentarios de los usuarios ocurre exactamente igual. Lo idóneo es que haya bastantes comentarios y que sean más los positivos que los negativos.
El número de descargas es otro de los indicativos de la fiabilidad de la aplicación. Si hay pocas descargas, puede ser conveniente no confiar demasiado y no descargar la app.
En las tiendas de aplicaciones están a disposición del usuario los permisos que requiere la aplicación para su instalación. Si el usuario considera que esos permisos son excesivos y que pueden hacer que la app tenga acceso a datos personales que no quiere compartir, lo mejor que puede hacer es no descargarla.
A la hora de evitar la instalación de aplicaciones fraudulentas el sentido común es la mejor guía. Si la app ofrece cosas imposibles u ofrece servicios que normalmente son premium de forma gratuita, lo más seguro es que se trate de un fraude.
Con la seguridad no hay que jugársela, si la aplicación suscita dudas, no hay que descargarla.
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