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¿Qué se firma cuando uno se registra en una aplicación?

Una de las grandes preocupaciones de toda consultoría de protección de datos es la seguridad de los usuarios en Internet. Con la popularización del uso de la web, el Derecho de las Nuevas Tecnologías debe preocuparse de que las empresas cumplan de manera escrupulosa la normativa señalada por las dos grandes leyes que se han promulgado en España, en este sentido, la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal) y LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico).

Pero la información de los usuarios y el uso responsable de las aplicaciones y herramientas informáticas también deberían ser tenidos en cuenta. Muchísimas veces, es el propio usuario quien expone sus datos y su vida privada, sobre todo, en las redes sociales. Porque lo cierto es que hay pocos (por no decir ninguno) que se descarguen una aplicación móvil o se den de alta en una red social leyendo los términos de uso y las políticas: esto supone que pocos saben qué es lo que están aceptando al usar una aplicación de ese tipo.

¿Qué contienen los términos y condiciones de los servicios en red?

Es cierto que, por lo general, los términos y condiciones son textos largos, pesados y, en muchas ocasiones, ininteligibles para las personas poco expertas. Eso hace que se acepten sin más para poder dar uso a una aplicación o interaccionar con amigos y conocidos en una red social. Tampoco los creadores de esas aplicaciones ayudan, puesto que cambian de manera constante los términos y sería muy farragoso estar pendiente de esos cambios.

Los gestores de redes sociales y aplicaciones móviles no dan algo a cambio de nada. Hay una serie de puntos que se observan en todos los términos y condiciones y es recomendable conocer antes de registrarse mediante correo electrónico y subir datos personales.

Uso de fotografías

En muchas redes sociales, el usuario sube fotos y vídeos propios y de amigos o conocidos, para mostrárselos a sus seguidores. Aunque, por lo general, en los términos y condiciones se explica que estas imágenes son del usuario, sí que se reservan su permiso para utilizarlas de manera gratuita y, por ejemplo, con fines comerciales. Este es el caso, entre otras redes sociales, de Facebook o Instagram.

Hace unas semanas, se popularizó un fake en Facebook relativo a compartir una declaración de que no se daba permiso a la red social para el uso de las imágenes, pero esto no tiene ninguna validez. Lo que se comparte con los seguidores puede ser utilizado por la compañía en cualquier momento.

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Datos personales

Además de las imágenes y los vídeos, las redes sociales y apps se quedan con los datos personales. Por ejemplo, WhatsApp entra en la agenda de los usuarios para poder ofrecer el servicio, cosa que también hacen Twitter e Instagram cuando se busca a quién seguir según los contactos que hay en el móvil.

Pero estos servicios aún van más allá en cuanto a la recopilación de datos: analizan el comportamiento del usuario en la plataforma. Así es como Facebook sabe qué publicidad mostrar o Google registra los lugares que visitó el usuario con el teléfono de Android encima.

Este registro de datos, en sí, es beneficioso para el usuario: está localizado en todo momento y la publicidad que se le muestra le resulta interesante. Pero es importante leer los términos y condiciones para saber si los datos personales que se obtienen se utilizarán para un fin distinto a la mejor experiencia de usuario (por ejemplo, la venta a terceros).

Alta y baja

Aunque parezca una obviedad, hay que ver en los términos y condiciones si el usuario puede registrarse en una app o red social. Por ejemplo, en WhatsApp se pueden crear una cuenta los mayores de 16 años; pero, en el caso de Tinder, hay que superar los 18 años.

En el caso de querer darse de baja, los usuarios deben saber que no es lo mismo desactivar una cuenta que eliminarla. Asimismo, deben asumir que algunos de sus datos seguirán almacenados en los servidores (por ejemplo, en Facebook, las fotos que hayan sido compartidas por otros usuarios seguirán en la Red).

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Las condiciones pueden cambiar

Aunque el usuario se detenga a leer los cambios en términos y condiciones, estos pueden cambiar en cualquier momento. Las aplicaciones tienen la mala costumbre de no avisar a los usuarios. Por eso, es preciso estar atento.

 

 La legislación a la que están sujetos

La mayoría de las aplicaciones está sujeta a la ley de California (Estados Unidos). Solo Google se adapta a la legislación del país del usuario. Además, las leyes en cada país son muy distintas.

Los términos y condiciones de las aplicaciones y redes sociales suelen ser extensos (16.000 palabras, en el caso de LinkedIn), pero es necesario estar atento a lo que se firma cuando se facilitan datos personales. Si se tienen dudas, siempre se puede acudir a la Agencia Española de Protección de Datos para saber si  los derechos en este campo están siendo vulnerados.

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