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Falsas promociones en redes sociales: casos reales

Compañías como McDonalds, Lidl, Mercadona y El Corte Inglés han sufrido en sus respectivas pieles los envites de promociones estafadoras a través de dispositivos móviles y redes sociales. Todo ello y, sobre todo los servicios de mensajería instantánea (como Whatsapp) resulta de facto, como se detalla a continuación, una amenaza al derecho de los consumidores en lo que a la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos) se refiere.

De ahí que conocer los términos legales que recoge la citada norma, así como la LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico), es una tarea principal, si no de los propios consumidores, sí de las compañías que pudieran ver amenazados su reputación y sus ingentes esfuerzos en materia RSC.

[Tweet «Las falsas promociones pueden amenazar gravemente la reputación de las compañías.»]

Esta problemática es ya archiconocida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No obstante, conviene recordar que, a pesar de las actuaciones constantes de Policía Nacional, autonómicas (Ertzaintza y Mossos d’Esquadra) y Guardia Civil, prevenir y alinearse con el Derecho en nuevas tecnologías cumple una doble función: por un lado, conseguir canales corporativos de compra seguros y confiables y, por otro, combatir el fraude y proyectar en la sociedad que los esfuerzos practicados reviertan positivamente en la protección de sus datos.

Para todo ello, recibir una consultoría especializada en protección de datos por parte de agencias o gabinetes externos y especializados en la materia resulta una condición de sumo interés a la hora de practicar promociones de marketing y campañas de publicidad y contenidos mediante los canales que facilitan la nueva era tecnológica.

A continuación, se detallan cómo las empresas mencionadas al inicio fueron víctimas de delitos de suplantación de su identidad corporativa.

Mercadona, los falsos 150 euros de regalo

Los timos, siempre, resultan un burdo intento de adquirir ilegalmente dinero y/o información de los estafados. En este caso fueron los usuarios de Whatsapp quienes recibieron en su dispositivo móvil una cartela promocional -viralizada como la pólvora- muy bien diseñada (con los colores y las fuentes corporativas) que aseguraba que la cadena de supermercados les haría entrar en un sorteo para obtener un cheque de regalo de 150 euros para llenar su carrito de compra si compartían cierta información y, después, llamaban a un número de teléfono de tarificación especial. Todo ello, huelga decir, a espaldas de la firma Mercadona.

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Los consumidores, engañados ante la idea de participar en el sorteo, compartieron datos personales, así como su propio número de teléfono personal que activaba servicios SMS de mensajería Premium, por cada cual se les cobraría un importe desorbitado.

Cualquier especialista en edición de imágenes con Photoshop o Indesign podría utilizar su propia agenda para cometer tal delito.

Lidl, vales de compra fuera de la legalidad

En el caso de esta otra cadena de supermercados, el delito de suplantación de identidad corporativa se efectuó a través de correos electrónicos masivos. Quienes recibieron dicho email en su bandeja de entrada, fueron instados a facilitar sus datos personales para recibir ofertas exclusivas de Lidl y vales de descuentos por el módico importe de 24,99 euros al mes.

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Una vez más, a través de herramientas como MailChimp, Photoshop, Indesign y una base de datos de correos electrónicos bastó para defraudar a cientos de consumidores.

El Corte Inglés, Springfield y Audi, también en el ojo del huracán

Las grandes multinacionales tampoco se libran de la estafa piramidal que prolifera en las redes sociales y utilizan su nombre para defraudar a los clientes. Esta vez, el artificio se generó a través de Instagram, donde los ciberdelincuentes animaban a seguir y compartir ciertas imágenes entre los seguidores para recibir un premio imaginario. Eso sí, en este caso tampoco faltaba el relleno de un formulario donde se compartían determinados datos personales.

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El objetivo de esta suplantación no resultó ser otro que el obtener un gran número de seguidores en muy poco tiempo para explotar otros productos o servicios que poco a nada tenían que ver con las marcas que resultaban víctimas de la operación.

McDonalds y Whatsapp, matrimonio de no conveniencia

Una vez más, el servicio de mensajería instantánea más popular (y propiedad de Facebook) fue el canal seleccionado por otros ciberdelincuentes que, de nuevo,pedían completar una encuesta sobre hábitos de consumo para recibir un cupón de 50 euros para gastar en la cadena de restauración.

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Los delitos relacionados con las llamadas “promos” de empresa no paran de crecer, por ello, en el caso de las víctimas se aconseja denunciar ante la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) las promociones sospechosas de estafa y, también, contactar con la compañía móvil para suspender los servicios de mensajería SMS, principal “coladero” para vaciar los bolsillos.

En el lado de las compañías, la mejor solución para gestionar estos hechos, perseguibles de oficio pero no siempre atajados, conviene ponerse en manos de una agencia especializada en consultoría de protección de datos.

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