Las disfunciones en el uso de Internet, poco a poco, van constituyendo unos de los espacios de conflicto más relevantes entre el Derecho y las nuevas tecnologías. No solo dudas sobre las aplicaciones de la LOPD y LSSICE llegan a una consultoría de protección de datos. También se resuelven determinados interrogantes sobre el uso correcto de las redes sociales.
En este aspecto, cabe señalar que la privacidad se pone a prueba en el uso de Internet y, en especial, de las citadas redes sociales. Hay que tener en cuenta que, en ellas, se produce un evidente proceso de comunicación. Es decir, se comparten informaciones. No solo comentarios o documentos, sino también imágenes.
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En este sentido, existe la opción de etiquetar a las personas en las imágenes, es decir, de vincularlas a su perfil en las redes sociales. Es una acción que uno puede emprender y que sus interlocutores también pueden llevar a cabo con su perfil. Las etiquetas sirven para identificar los perfiles en las fotos y permiten localizar con facilidad las de uno y sus contactos.
Por otro lado, hay que reseñar que su propietario inicial pierde el control sobre esas fotos que se han compartido mediante publicaciones y etiquetas. De esta manera, es posible que estas imágenes puedan ser utilizadas o modificadas por las personas que han tenido acceso a ellas. En ocasiones, cabe la posibilidad de que se haya hecho un uso desagradable de dichas fotografías.
Por lo tanto, conviene configurar las opciones de privacidad en las redes sociales con cierto cuidado, de manera que solo se autorice para ver las publicaciones a los perfiles de confianza. Asimismo, es posible configurar también los apartados de biografía y etiquetado y controlar quiénes pueden publicar en la primera o solicitar un permiso para ser etiquetado.
En resumen, etiquetar fotos no es un juego, sino un aspecto de la seguridad en Internet digno de tomar en serio.
