Las redes sociales son utilizadas habitualmente por miles de usuarios y desgraciadamente, según los estudios, se están convirtiendo en una vía para la ciberdelincuencia. En un mundo cada vez más globalizado hay quien saca partido de la información que otros ponen a disposición del resto de usuarios, al utilizar dichas redes sociales.
Derecho y nuevas tecnologías forman un binomio cada vez más enlazado, pues es preciso proteger a los usuarios que navegan por la red. Pese a los esfuerzos realizados con leyes como LSSICE y LOPD, la legislación debe mantenerse al día para poder captar a un nuevo perfil surgido de la evolución tecnológica: el ladrón digital.
En muchas ocasiones estos robos son producidos a través de anuncios gancho del tipo: “es usted el visitante número 1.000, entre aquí y recoja su premio”. Esta web puede estar infectada con malware que se introduce en el ordenador o el móvil, pero el problema principal surge al rellenar algún tipo de formulario con la información personal. La consultoría de protección de datos recuerda que en ningún caso debe facilitarse información personal, en especial, números bancarios o contraseñas.
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Hay un negocio millonario en torno a los datos robados a los usuarios, que se dejan llevar por un gancho o reclamo que utiliza la imagen de una marca determinada para hacerse con su información.
Para protegerse de esto es imprescindible navegar por webs que contengan protección de seguridad del tipo https o los sellos de certificación de garantía de seguridad online, en especial si se van a realizar pagos o intercambios de datos.
El usuario es responsable de realizar una navegación online segura para proteger sus datos, pues no todas las webs cumplen con la legalidad vigente, actuando al margen de ley pese a los esfuerzos realizados por las fuerzas y cuerpos de seguridad.
