El trabajo de una consultoría de protección de datos se centra en la aplicación del derecho de las nuevas tecnologías y de la LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de Información) y LOPD, (Ley Orgánica de Protección de Datos), pero también es importante que los usuarios de Internet se conciencien de la importancia de adoptar medidas para garantizar la seguridad de sus equipos informáticos. Una de las acciones indispensables en este sentido es tener una contraseña y un entorno suficientemente seguros como para evitar su robo.
Cada vez se registran más ataques informáticos en los que se accede a un equipo a través del robo de su contraseña. En muchos casos basta con entrar en Internet para buscar información sobre los usuarios para encontrar la palabra usada como contraseña.
Teniendo esto en cuenta, es muy importante que el usuario se esfuerce en crear una contraseña que no pueda ser hackeada con facilidad. La primera norma a tener en cuenta es evitar palabras que puedan relacionarse de manera lógica con el usuario: como el nombre de una mascota o el lugar de nacimiento.
También es recomendable que la contraseña cuente con entre 8 y 10 caracteres y que incluya mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Cambiarla cada mes debería formar parte de la rutina de todos los usuarios, así como no usar el mismo password en todas las páginas a las que accedamos.
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Igualmente, es recomendable no tener un registro de contraseñas ni de preguntas de recuperación. Si es indispensable, mejor recurrir a un sistema de cifrado para evitar que acabe en manos indeseables.
Asimismo, tener un sistema propio de generación de claves resulta fundamental para conseguir un password realmente fuerte frente a agresiones externas. Este sistema se basará siempre en un algoritmo creado por el propio usuario y combinará la sustitución de números y letras de una palabra por otros.
