La adaptación a la LOPD y la LSSICE ha aumentado el recurso en España a los servicios de consultoría y auditoría para poder cumplir con las normativas de protección de datos. El sector de las ONG no ha constituido una excepción, ya que el carácter voluntario de su afiliación no exceptúa las garantías que deben ofrecerse respecto al tratamiento de la información de sus socios.
Efectivamente, las ONG trabajan con censos de afiliados que recogen datos con menor nivel de protección (personales y financieros, básicamente) que colectivos del sector sanitario o político, salvo que también participen en actividades de estas características.
Ser voluntario no te exime del derecho a proteger adecuadamente tus datos personales
Sin embargo, la información de tipo administrativo que almacenan les lleva a generar ficheros, tanto en formato digital como papel, que han de cumplir con lo estipulado en la LOPD y ser declarados ante la AEPD.
En este sentido, los datos de los voluntarios se han de guardar de manera segura y no se han de exponer indebidamente. Asimismo, ha de detallarse un registro o protocolo relativo a las condiciones de acceso a estos datos. Estas obligaciones han de extremarse en casos relacionados con las redes sociales o la compartición de las informaciones con terceros.
Las organizaciones del sector solidario, por lo tanto, han de cumplir estrictamente con la protección de datos que manejan, especialmente si controlan información sensible, relativa a enfermedades u orientaciones sexuales. En este aspecto, la consulta a expertos en la materia puede resultar oportuna.
Se han producido, por otra parte, casos de conflicto en este ámbito. Por ejemplo, el PSOE del barrio malagueño de La Palmilla pidió a la ONG «Málaga estoy aquí» datos de las familias a las que asistía a cambio de ceder su sede local para el reparto de alimentos. El presidente de la asociación se negó y citó la LOPD. En resumen, la voluntariedad de las ONG no exime del cumplimiento de la LOPD.
